Cómo quitar los mocos de la garganta: los remedios para eliminarlos

Las molestas flemas no son más que la mucosidad que recubre las vías respiratorias y que, ante determinadas circunstancias, como infecciones, resfriados o gripes, ve aumentada su producción. «Su función es defensiva, por eso es pegajosa, con cierta consistencia, para que se adhieran las partículas del exterior como virus y bacterias«, explica a ABC Salud el doctor José María Molero, del Grupo de Trabajo de Enfermedades Infecciosas de la semFYC. La secreción excesiva de mocos en la garganta también aparece en personas en otras patologías como la alergia, el reflujo, la bronquitis crónica (EPOC) o el tabaquismo.

Para intentar producir menos flema y facilitar su expulsión, el doctor José María Molero recomienda mantener el ambiente de la estancia donde nos encontremos húmedo. No hace falta hacer vahos calientes: «Pueden quemar la mucosa de la nariz», advierte. Un vapor frío próximo es suficiente. El experto también aconseja mantenerse bien hidratado. «En este tipo de catarros perdemos líquido por la producción de más flema y por la febrícula, si la hay. Incrementar la hidratación ayuda a expulsar las flemas que se hacen más fluidas». Para ello, además de agua podemos tomar sopas, zumos, infusiones, café descafeinado… «La cafeína mejor evitarla porque reseca la mucosa, al igual que el alcoholy los líquidos muy azucarados«, añade.

Otro de los hábitos que sin saberlo nos producen más mucosidad por irritación es sonarse muy fuerte y repetidamente o carraspear. «Es mejor hacerse lavados nasales o gárgaras con agua y sal (250 de ml de agua y media cuchara de postre de sal)«, explica el doctor José María Molero.

Y aprovechar los golpes de tos para expulsar la flema en un papel, mejor que tragarla, para que no se acumulen restos en la orofaringe y la garganta. No es recomendable intentar eliminar la tos en estos casos porque es un mecanismo que nos ayuda a expulsar la mucosidad que, de otra manera, quedaría retenida. Es recomendable dormir semiincorporado cuando estamos acatarrados para favorecer la expulsión del moco.

Si aplicando todas estas recomendaciones seguimos sin sentirnos mejor, el médico puede prescribirnos fármacos descongestionantes o mucolíticos.

Color de la flema

En líneas generales, no hay una clara relación entre el color de la mucosidad y la posibilidad de una infección que requiera tratamiento antibiótico. «En un catarro o gripe el color de la flema no es un indicativo de antibiótico. Solo en los casos de bronquitis crónica por uso de tabaco se sabe que si la mucosidad es verdosa o purulenta podría indicar que hay infección bacteriana; o en los casos de sinusitis, cuando el moco verde procedente del seno nasal aparece por la nariz», concluye.