Los ecologistas denuncian que el Ayuntamiento cubre de asfalto solares abandonados en lugar de hacer zonas verdad. Galería de fotos

El Gobierno salmantino ha decidido asfaltar ocho solares situados, principalmente, en Pizarrales y Barrio Blanco. Mientras, casi a la vez, nos enteramos de que la ONU reconoce que ha infravalorado algunos datos sobre el cambio climático y que éste, amenaza ya, de forma grave, a la mitad de la población mundial por vivir en contextos altamente vulnerables.

«Nuestro Ayuntamiento, que declaró la Emergencia Climática hace ya dos años, sigue presumiendo de los muchos árboles que tenemos en la ciudad y de que estamos a la cabeza de las mejores ciudades en dotación de zonas verdes, de que es la institución más respetuosa con el medio ambiente que pueda haber en el mundo y que respiramos el aire más limpio de España (aunque haya unos cien muertos al año por la polución del aire)», apuntan desde la asociación Comité Antinuclear y Ecologista de Salamanca.

Por eso, con ese optimismo, nunca tiene problema para urbanizar nuevos espacios, extendiendo el asfalto y el hormigón por cualquier rincón y parque de la ciudad. Eso lo ve compatible con su declaración de emergencia que decía: “La ciudad de Salamanca se encamina hacia una transición donde la naturaleza, su cuidado y preservación tenga un papel fundamental, continuando con paso firme hacia un gran cambio, donde veamos a los árboles, los bosques, los jardines y parques como fuertes aliados contra el cambio climático”.

En estos días ha aprobado el asfaltado indiscriminado de una serie de solares para habilitarlos como plazas de aparcamiento. Los ecologistas señalan que en algún caso aislado la medida podría ser acertada, pero no lo es en su conjunto. «Cada nueva superficie asfaltada es subir un pequeño peldaño en el calentamiento global, una ocasión perdida para la conservación de la biodiversidad, una invitación al uso del automóvil, una contribución a la isla de calor urbana, una extensión de las superficies impermeables que impiden que el agua, tan necesaria para los árboles, pueda penetrar en la tierra, un paso más hacia el abismo».

La colocación de cajas nido para los pájaros o los murciélagos está muy bien, pero las medidas en favor de la biodiversidad no pueden ser aisladas. «Nuestra ciudad se ha convertido en un espacio muy pobre en ella. Solamente tenemos un parque donde abundan los pájaros en número y especies: La Huerta de los Jesuitas. Hasta en las riberas del Tormes escasean las especies, a lo cual, contribuyen también, los gatos callejeros», apuntan.

En cualquier caso, la habilitación de estos espacios para aparcamientos no es incompatible con un uso del espacio más sostenible. «Se pueden sacrificar algunas plazas de aparcamiento para plantar árboles, colocación de bancos, o ampliación del espacio peatonal. El pavimento también podría – debería – conservarse de tierra, bien acondicionada, permeable, mejor y más barata que el asfalto», aconsejan.

Los barrios de Pizarrales y Blanco son deficitarios en zonas verdes y bien merecen la ampliación de éstas; aún a costa de algunas plazas de aparcamiento y también de los muchos solares abandonados; algunos llenos de basura, “con permiso” del Ayuntamiento.

Fotografías: Comité Antinuclear y Ecologísta de Salamanca. 

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