La inmunoterapia mejora la supervivencia en un subtipo de linfoma de mal pronóstico

 La inmunoterapia mejora la supervivencia en un subtipo de linfoma de mal pronóstico


La combinación de la inmunoterapia con ibrutinib a la quimioterapia estándar puede mejorar la supervivencia de las personas más jóvenes con una forma específica de linfoma difuso de células B grandes. Los hallazgos, publicados hoy en
«Cancer Cell»
, provienen de una nueva revisión del ensayo en fase 3 Phoenix, realizado por investigadores del
Instituto Nacional del Cáncer (EE.UU.)

Los resultados iniciales de ese estudio mostraron que la combinación de ibrutinib con un régimen de quimioterapia estándar no beneficiaba de forma clara a los pacientes con una forma de este linfoma que no contiene la proteína GCB.

Sin embargo, al analizar muestras de biopsias tumorales de los pacientes, los investigadores han demostrado que los más jóvenes con este

 subtipos genético específicos, llamado MCD y N1, tuvieron una respuesta excepcional a la combinación de tratamiento. En concreto, todos estos pacientes están libres sin enfermedad más de tres años después del diagnóstico.

«Pensamos que no había beneficio», asegura Louis M. Staudt, autor del estudio. Pero, matiza, «en realidad sucedía algo muy interesante en los pacientes más jóvenes menores de 60 años, que se beneficiaron de esta pauta. Y ahora entendemos por qué».

El fármaco actúa bloqueando la actividad de una proteína que participa en el crecimiento y la supervivencia de las células B, y es clave para la supervivencia.

Los datos, escriben los investigadores, proporcionan una «justificación convincente para que considerar añadir ibrutinib a la quimioterapia estándar para el tratamiento inicial de pacientes más jóvenes con este tipo de linfoma».

El linfoma difuso de células B grandes es el tipo más común de linfoma y representa el 40% de los casos de linfoma en todo el mundo. De rápido crecimiento, afecta a las células B, un tipo de glóbulo blanco, y generalmente comienza en los ganglios linfáticos. Las personas con este linfoma se tratan con un régimen de quimioterapia conocido como R-CHOP que incluye ciclofosfamida, doxorrubicina, vincristina, prednisona y el anticuerpo monoclonal rituximab. Pero la pauta no es eficaz para todos los pacientes.

Los avances en los patrones genéticos han sido claves para comprender mejor la variación individual en la respuesta al tratamiento. En este linfoma existe tres subgrupos moleculares – de célula B del centro germinal (GCB), de célula B activada (ABC) y sin clasificar-, y cada uno de ellos responde de manera diferente a la quimioterapia.

Ibrutinib fue la primera terapia dirigida que se evaluó para el tratamiento de este linfoma. El fármaco actúa bloqueando la actividad de una proteína que participa en el crecimiento y la supervivencia de las células B, y es clave para la supervivencia.

En un ensayo clínico de fase 2 anterior en el que participaron pacientes en recaída, los investigadores encontraron que el tratamiento con ibrutinib solo logró en una reducción del tumor en el 37% de los pacientes con el tipo ABC, pero solo en el 5% de los que tenían el tipo GCB.

Por su parte, el estudio Phoenix, que evaluó el impacto de agregar ibrutinib a R-CHOP en pacientes con DLBCL no GCB recién diagnosticado, tampoco mostró ningún beneficio de supervivencia en general, pero sí cuando los investigadores observaron específicamente a los participantes de 60 años o menos.

«Durante años solo hemos tenido quimioterapia y rituximab para ofrecer a estos pacientes; ahora, esperamos que agregar ibrutinib a la terapia actual pueda brindar a los pacientes más jóvenes una mejor oportunidad de sobrevivir a este cáncer agresivo», concluyen los investigadores.

La inmunoterapia mejora la supervivencia en un subtipo de linfoma de mal pronóstico

La combinación de ibrutinib con un régimen de quimioterapia estándar beneficia de forma clara a los pacientes jóvenes con una forma de este linfoma

La combinación de la inmunoterapia con ibrutinib a la quimioterapia estándar puede mejorar la supervivencia de las personas más jóvenes con una forma específica de linfoma difuso de células B grandes. Los hallazgos, publicados hoy en
«Cancer Cell»,
provienen de una nueva revisión del ensayo en fase 3 Phoenix, realizado por investigadores del
Instituto Nacional del Cáncer (EE.UU.)

Los resultados iniciales de ese estudio mostraron que la combinación de ibrutinib con un régimen de quimioterapia estándar no beneficiaba de forma clara a los pacientes con una forma de este linfoma que no contiene la proteína GCB.

Sin embargo, al analizar muestras de biopsias tumorales de los pacientes, los investigadores han demostrado que los más jóvenes con este subtipos genético específicos, llamado MCD y N1, tuvieron una respuesta excepcional a la combinación de tratamiento. En concreto, todos estos pacientes están libres sin enfermedad más de tres años después del diagnóstico.

«Pensamos que no había beneficio», asegura Louis M. Staudt, autor del estudio. Pero, matiza, «en realidad sucedía algo muy interesante en los pacientes más jóvenes menores de 60 años, que se beneficiaron de esta pauta. Y ahora entendemos por qué».

Los datos, escriben los investigadores, proporcionan una «justificación convincente para que considerar añadir ibrutinib a la quimioterapia estándar para el tratamiento inicial de pacientes más jóvenes con este tipo de linfoma».

El linfoma difuso de células B grandes es el tipo más común de linfoma y representa el 40% de los casos de linfoma en todo el mundo. De rápido crecimiento, afecta a las células B, un tipo de glóbulo blanco, y generalmente comienza en los ganglios linfáticos. Las personas con este linfoma se tratan con un régimen de quimioterapia conocido como R-CHOP que incluye ciclofosfamida, doxorrubicina, vincristina, prednisona y el anticuerpo monoclonal rituximab. Pero la pauta no es eficaz para todos los pacientes.

Los datos justifican convincente para poder considerar añadir ibrutinib a la quimioterapia estándar para el tratamiento inicial de pacientes más jóvenes con este tipo de linfoma

Los avances en los patrones genéticos han sido claves para comprender mejor la variación individual en la respuesta al tratamiento. En este linfoma existe tres subgrupos moleculares – de célula B del centro germinal (GCB), de célula B activada (ABC) y sin clasificar-, y cada uno de ellos responde de manera diferente a la quimioterapia.

Ibrutinib fue la primera terapia dirigida que se evaluó para el tratamiento de este linfoma. El fármaco actúa bloqueando la actividad de una proteína que participa en el crecimiento y la supervivencia de las células B, y es clave para la supervivencia.

En un ensayo clínico de fase 2 anterior en el que participaron pacientes en recaída, los investigadores encontraron que el tratamiento con ibrutinib solo logró en una reducción del tumor en el 37% de los pacientes con el tipo ABC, pero solo en el 5% de los que tenían el tipo GCB.

Por su parte, el estudio Phoenix, que evaluó el impacto de agregar ibrutinib a R-CHOP en pacientes con DLBCL no GCB recién diagnosticado, tampoco mostró ningún beneficio de supervivencia en general, pero sí cuando los investigadores observaron específicamente a los participantes de 60 años o menos.

«Durante años solo hemos tenido quimioterapia y rituximab para ofrecer a estos pacientes; ahora, esperamos que agregar ibrutinib a la terapia actual pueda brindar a los pacientes más jóvenes una mejor oportunidad de sobrevivir a este cáncer agresivo», concluyen los investigadores.



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