Inyecciones y pastillas para adelgazar: la revolución que ya está aquí

 Inyecciones y pastillas para adelgazar: la revolución que ya está aquí


Sara tiene 39 años, dos hijos, y vive en un pueblo del Campo de Gibraltar, en la provincia andaluza de Cádiz. Su lucha contra los kilos de más es casi desde siempre, especialmente a partir de que fue madre. Pero el pasado diciembre, harta de estrictas dietas costosas de seguir y de efectos yoyó, empezó a pincharse semanalmente Ozempic (Novo Nordisk).

Al lector le sonará porque este revolucionario fármaco, aprobado en 2017 por la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. y lanzado ya en 66 países, ha alcanzado tal popularidad que hoy casi todo el mundo ha oído hablar de él o conoce a alguien que se lo está inyectando. Es el nombre comercial de semaglutida, un medicamento de la familia de los análogos del receptor de GLP1 (arGLP1). «Estos medicamentos aumentan la secreción de insulina por el páncreas y aumentan su sensibilidad. Por otra parte, los arGLP1 actúan en el centro cerebral que controla la sensación de hambre, aumentando la saciedad. Disminuyen la velocidad del vaciado del estómago, disminuyen la apetencia por las grasas. Estos efectos ayudan a que las personas que utilizan estos medicamentos pierdan peso», explica a ABC la doctora Ana de Hollanda, coordinadora del Área de Obesidad de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN).

Se administra una vez a la semana mediante una inyección de 0,5 o 1 miligramos y está indicado en el tratamiento de adultos con diabetes mellitus tipo 2, que no han sido controlados adecuadamente, como complemento de la dieta y el ejercicio. De hecho, en España, para estos pacientes está financiado por la sanidad pública. Pero sus buenos resultados en la pérdida de peso han hecho que algunos profesionales en la sanidad privada lo estén recetando ‘off label’ (uso de un medicamento fuera de la indicación para el que fue aprobado o su uso en una forma diferente) para tratar la obesidad.

Es el caso de Sara. «Por navidades vi que había cogido unos kilitos de más, y como siempre estoy a dieta y cuesta mucho hacerla, me enteré en el trabajo de que un amigo estaba yendo a un endocrino y que le había recetado unas inyecciones que eran como una insulina, una vez por semana, y que te ayudaban a perder peso, te quitaba el apetito y la ansiedad de comer, y me decidí a ir», explica a ABC.

El médico le confirmó lo que ya sabía: que tenía sobrepeso y que había que perder unos 15 kilos. Además de las inyecciones, tiene que seguir una alimentación baja en carbohidratos refinados.

Tal es el ‘boom’ con este fármaco que, cuando se lo recetó, le advirtió de que podía tener problemas para encontrarlo en las farmacias. Y eso que no es apto para todos los bolsillos. Cada inyección cuesta 128 euros. Tanto los expertos consultados para este reportaje como la compañía que comercializa Ozempic se muestran contrarios a utilizarlo fuera de ficha técnica. «Los fármacos de prescripción han de utilizarse y prescribirse de acuerdo con las indicaciones de ficha técnica. Independientemente de la mayor o menor disponibilidad de estos fármacos, su empleo tiene que realizarse bajo supervisión y prescripción de un profesional sanitario. No recomendamos en ningún caso su uso fuera de las condiciones autorizadas, recogidas en la ficha técnica del medicamento», advierte a ABC el doctor Francisco Pajuelo, director médico de Novo Nordisk.

Los efectos secundarios más comunes de este fármaco son las náuseas, vómitos, diarreas o estreñimiento. «En general, son transitorios y con el adecuado seguimiento por el médico prescriptor bien entrenado se pueden solventar correctamente. De ahí la importancia de su prescripción correcta y seguimiento adecuado», apunta la experta de la Seen.

Lo que viene

De la misma opinión es el doctor Cristóbal Morales, endocrinólogo e investigador en el Hospital Vithas y en el Hospital Virgen Macarena de Sevilla y miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (Seedo). El experto, que tiene experiencia en más de 140 ensayos clínicos en obesidad, diabetes y riesgo cardiovascular con moléculas como Semaglutida, Tirzepatide, Retratutide, AMG 133, CagriSema, Orforglipron, Survodutide o Lotiglipron, se muestra partidario de esperar al lanzamiento en España de Wegovy, un fármaco cuyo principio activo también es la semaglutida, pero que está aprobado en Europa para el tratamiento de la obesidad en su ficha técnica. «Está indicado para personas con un IMC mayor de 27 con enfermedad asociada a obesidad o IMC mayor de 30 sin enfermedad asociada», explica el doctor Morales.

Sobre cuándo llegará a nuestro país, el doctor Pajuelo asegura que en Novo Nordisk están «trabajando para poder ponerlo a disposición de las personas con obesidad en España lo antes posible».

El único fármaco actualmente disponible en nuestro país con indicación para adelgazar, comercializado desde hace seis años, es Liraglutida (Saxenda). Pero el doctor Morales reconoce que, con este último, la pérdida de peso es del 8% de media, mientras que con Wegovy es del 16% del peso corporal. «En salud, una pérdida de peso de más del 15% es mucho y con los nuevos coagonistas nos vamos a pérdidas de peso del 20%, e incluso mayores del 25% en los fármacos de tercera generación. Esto se aproxima mucho a lo que conseguimos con técnica endoscópica y cirugía bariátrica. Es un cambio de era», asegura el investigador y miembro de Seedo, que señala que el gran sueño que tienen los médicos expertos en obesidad es actuar de manera precoz para que ningún paciente llegue a un quirófano, aunque la cirugía metabólica siga teniendo su uso en determinadas situaciones.

En el caso de Sara, desde las pasadas navidades ha perdido 10 kilos «fácilmente». «Al haber bajado el apetito, he empezado a comer menos y como que el estómago se ha reducido bastante. Ahora con nada que como me lleno», afirma.

Son varias las compañías farmacéuticas que están desarrollando medicamentos para adelgazar, como el Mounjaro de Lilly, cuyo principio activo es la tirzepatida, que ha conseguido pérdidas de hasta el 22% del peso corporal en pacientes obesos. O Pfizer, que hace unos días anunció que dejará de desarrollar su píldora experimental contra la obesidad y la diabetes, Lotiglipron, debido a las enzimas hepáticas elevadas en pacientes que tomaron el medicamento, y va a centrarse en el Danuglipron, su otro fármaco adelgazante.

Acabar con el estigma

En el lugar donde Sara nació, creció y ha formado una familia, los kilos de más no son la excepción. Andalucía es la comunidad autónoma con mayor índice de obesidad. Casi uno de cada cinco habitantes (19,7%) tiene un IMC mayor de 30. Y también es una de las regiones con más sobrepeso. Aproximadamente 4 de cada diez ciudadanos andaluces (38,6%) tienen un IMC por encima de 25, según datos del INE. «La obesidad es una enfermedad muy compleja y con múltiples raíces. No es culpa del individuo. El obeso metabólicamente sano no existe. El componente genético es un 70% y vivimos en una sociedad muy obesogénica. La obesidad te elige a ti por la genética, el nivel socieconómico y cultural, y el código postal. Se le llama ‘pobresidad’», argumenta el doctor Morales.

Además desde las sociedades científicas quieren que la obesidad se considere una enfermedad y se financien los medicamentos. «Es un tema médico, una enfermedad social. El exceso de masa grasa favorece complicaciones metabólicas como la dislipemia, mentales (ansiedad y depresión), mecánicas (artrosis, limitación de movimientos), disminuye la esperanza de vida, es un factor de riesgo de cáncer», enumera el endocrino del Hospital Virgen Macarena.

¿Adiós a las dietas?

Ninguno de los expertos consultados considera que estos medicamentos sean una carta blanca para olvidarnos de una alimentación saludable. «Un gran poder conlleva una gran responsabilidad. Son fármacos muy potentes, pero siempre deben utilizarse bajo receta y control médico. Es una ayuda, pero seguirá siendo necesario aprender a llevar un estilo de vida saludable porque no queremos efectos rebotes sino que mantengan un peso saludable toda la vida», explica el investigador de la Seedo.

Por su parte, la doctora Ana de Hollanda añade que se ha visto que los medicamentos, junto con ejercicio y una alimentación saludable, son casi el doble de efectivos. «El ejercicio es un pilar fundamental, ya que la bajada de peso se puede acompañar de pérdida de masa muscular», advierte.

También se ha comprobado, en estudios con animales, que estos fármacos podrían actuar en adicciones. «Es una línea de investigación muy interesante que puede abrir múltiples oportunidades en el estudio de las respuestas cerebrales hedónicas, es decir, que generan placer, tanto mediadas por tóxicos como el alcohol como por la comida, y que podría aportar a la terapia psicológica en estos problemas difíciles de tratar», concluye la doctora Ana de Hollanda.



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