PSOE y Unidas Podemos cruzan reproches y se acusan mutuamente de inmovilismo en la reforma de la ley del ‘solo sí es sí’

MADRID, 15 Feb. (EUROPA PRESS) –

PSOE y Unidas Podemos mantienen el choque respecto a la reforma de la Ley del solo ‘sí es sí’ con acusaciones cruzadas de inmovilismo y falta de voluntad para lograr un acuerdo que resuelva la crisis abierta en el Gobierno de coalición.

Las declaraciones emitidas desde ambos lados de la coalición este miércoles indican que las discrepancias se mantienen y no han logrado dar pasos para desbloquear la reforma de la ley, a pesar de que la voluntad del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, es encontrar una solución cuanto antes, consciente del desgaste que le provocan las incesantes rebajas de penas a condenados por delitos sexuales.

«Vamos a resolverlo», aseguró el jefe del Ejecutivo esta mañana en los pasillos del Congreso a la salida de la sesión de control al Gobierno. Sin embargo, los mensajes lanzados a continuación desde PSOE y Unidas Podemos indican que la distancia entre ambos no se ha reducido.

Así, la ministra de Hacienda y Función Pública y vicesecretaria general del PSOE, María Jesús Montero, criticó que los morados buscan ganar «el relato» pero las propuestas que han venido presentando no permiten avanzar en la negociación, porque no modifican el núcleo de las discrepancias entre los dos socios de coalición.

«Se pueden mandar muchas propuestas», que a su juicio «cuentan más para el relato» que para intentar solucionar el problema, según señaló, en referencia al Ministerio de Igualdad de Irene Montero. Así se ha quejado de que, aunque los morados han trasladado distintos documentos, su posición sigue siendo la misma en el punto que genera las discrepancias fundamentales y por tanto «no se avanza» en la negociación.

Además ha defendido la proposición de ley presentada por el PSOE, que a su juicio evita que se rebajen las penas a los condenados por delitos sexuales –como ha sucedido desde que entró en vigor la ley del ‘solo sí es sí’ en octubre– y además mantiene el consentimiento en el centro de la ley, como reclaman desde el Ministerio de Igualdad.

IRENE MONTERO QUIERE UN ACUERDO ANTES DEL DEBATE

Por su parte Irene Montero ha llamado al PSOE a lograr «un acuerdo» sobre la Ley del ‘solo sí es sí’ «antes de que su debate llegue al Pleno» y ha advertido a los socialistas sobre los efectos de aliarse con PP y Vox para volver al Código Penal de la sentencia de la ‘manada’.

Desde el ala morada del Ejecutivo reconocen que esta disputa es perjudicial para todos y erosiona al Ejecutivo, pero afean a su socio falta de voluntad negociadora cuando ellos han cedido y aceptan retocar el texto normativo.

Máxime, ahondan sectores de Unidas Podemos, cuando Igualdad ha pedido una reunión y se han presentado múltiples propuestas (cuantifican siete), que van desde elevar horquilla de penas e introducir agravantes para ponderar la violencia e intimidación.

Y es que Montero ha replicado, frente a lo mantenido por la ministra de Hacienda, que han trasladado diversas propuestas y sus socios cuentan con ellas, aunque también está abierta a recibir otras propuestas de cambios.

RECHAZO AL PSOE DE BILDU Y ERC

De esta forma, fuentes del espacio confederal avisan a su socio de que tiene que tomar nota de lo que ocurre en el Congreso, como se vio en el rechazo a abordar por vía de urgencia en el Congreso su proposición de ley. Y es que sentencian que su planteamiento de reforma les avoca a la soledad parlamentaria en los grupos con posiciones claramente de izquierdas, como pueden ser Bildu y ERC, y les dirige a tener que buscar apoyos en el PP, lo que sería una victoria para la oposición.

Por tanto y desde los distintos matices de todas las ramas de Unidas Podemos, el socio minoritario del Ejecutivo cierra filas con la postura de Igualdad y quieren que el PSOE recapacite y designe un interlocutor para labrar un acuerdo, sea Justicia u otros miembros socialistas del gabinete.

En caso contrario, voces del grupo morado indican que en caso de enquistarse el diálogo con los socialistas, tendrán que debatir cómo reaccionan, durante el trámite parlamentario, para preservar el corazón de la normativa, clave para el movimiento feminista.