Los efectos secundarios de este medicamento tan común para los mocos
Uno de los remedios más comunes que suelen recetar los médicos en caso de tener mucosidad, bien en el pecho, bien en la nariz, es la acetilcisteína, el nombre del principal compuesto del Fluimucil.
Bien en su formato Forte de 600 mg, bien en el de 200 mg, estas pastillas efervescentes no son plenamente inocuas y, como cualquier medicamento, tiene sus efectos secundarios. No son graves, pero sí se pueden dar.
Los poco frecuentes (que afectan a 1 de cada 100 pacientes) son hipersensibilidad, dolor de cabeza, zumbido de oídos, taquicardia, vómitos, diarrea, estomatitis, dolor abdominal, náuseas, urticaria, erupción cutánea, angioedema, prurito, aumento de la temperatura corporal, hipotensión.
Los efectos secundarios raros (que afectan a 1 de cada 1.000 pacientes) son omnolencia, broncoespasmo, dificultad respiratoria, molestias digestivas. Los muy raros (1 de cada 10.000 pacientes) cuentan con reacciones alérgicas, shock anafiláctico, hemorragia, reacciones cutáneas graves como síndrome de Stevens-Johnson y síndrome de Lyell, en ocasiones identificadas con al menos la toma de otro fármaco de forma simultánea.
En una frecuencia no conocida, porque no se han estimado según los datos disponibles, también puede producirse hinchazón de la cara. La recomendación general en caso de cualquier alteración en la piel o en las mucosas es interrumpir inmediatamente el medicamento.
Cuidado con las intolerancias y alergias
A estos efectos hay que añadir a los que llegan desde compuestos que se añaden a la acetilcisteína, como el aspartamo. Este contiene una fuente de fenilalanina que puede ser perjudicial en caso de padecer fenilcetonuria (FCN), una enfermedad genética rara en la que la fenilalanina se acumula debido a que el organismo no es capaz de eliminarla correctamente.
Los 157,9 mg de sodio que tienen cada comprimido supone un 7,9% de la ingesta diaria máxima recomendada en un adulto, por lo que es crítico en personas que deben mantener dietas bajas en sal, así como la glucosa, que puede afectar a los que tienen intolerancia a ciertos azúcares. Por último, la presencia de sulfitos puede producir reacción alérgica grave o un broncoespasmo.
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