La falta de visibilidad por el humo complica la extinción del fuego en Monsagro
Imagen de la columna de humo desde Monsagro. /
Incendio en Salamanca
La humareda y el calor mandan a tres miembros de los equipos de extinción al centro de salud, aunque su estado es bueno
El humo está dificultando las tareas de extinción del incendio que amenaza con alcanzar la localidad salmantina de Monsagro desde que en la tarde del lunes las llamas del incendio forestal desatado en la cercana localidad extremeña de Ladrillar,
comenzasen a quemar también la Sierra de Francia. La visión de los medios aéreos es muy limitada, y además de dificultar la extinción, impide calcular la extensión de la superficie alcanzada por las llamas en la provincia de Salamanca, aunque sobre las 12 del mediodía ya se superan las cien hectáreas.
El calor tampoco daba tregua y un agente medioambiental de Zamora, tuvo que ser atendido por un golpe de calor y dos miembros de una cuadrilla terrestre de Salamanca, afectados por el humo, fueron trasladados al centro de salud aunque el estado de todos era bueno.
El
pueblo fue desalojado a primera hora de la mañana por la acumulación de humo, y parecía improbable que las llamas llegasen hasta el municipio, aunque según iba avanzando el día las dificultades para controlar el avance de las llamas aumentaban la intranquilidad en los retenes y los agentes de la Guardia Civil apostado en el municipio.
«Parecía que hace un rato lo tenían más controlado pero de vez en cuando se vuelven a ver llamas en zonas que antes parecían controladas», afirmaba un agente que señalaba los cuatro o cinco focos del incendio que podía apreciarse desde el centro del Monsagro.
A mediodía de este martes parecía que ya estaba anocheciendo en Monsagro. La humareda, a poco más de kilómetro y medio del caso urbano impedía que brillase el sol, aunque el calor era bastante intenso.
Un camión de bomberos de la Diputación cargando agua, otro de la UME con una gran excavadora, y un agente de la Guardia Civil apremiando a un vecino rezagado a que saliese del pueblo de Monsagro. /
El ir y venir de los helicópteros y de grandes camiones con excavadoras para hacer cortafuegos y evitar así que el fuego se propagase por fue incesante toda la mañana, pero, a simple vista no parecía que la cosa hubiese mejorado mucho pasadas las tres de la tarde.
Poco antes, aún quedaba algún vecino rezagado en el pueblo al que la Guardia Civil apremiaba. «Es la última vez que le dejamos entrar» señalaba un agente a una pareja de octogenarios que volvió a entrar en el pueblo «porque se me ha olvidado el cargador del móvil», afirmaba el señor desde el coche, asegurando que se iba para Salamanca a casa de unos familiares mientras prometía no volver.
En concreto, en el incendio de Monsagro trabajan cuatro técnicos, once agentes medioambientales, siete helicópteros, dos cuadrillas, un avión de coordinación, dos aviones de carga en tierra, dos aviones anfibios, tres cuadrillas helitransportadas, siete autobombas, cuatro cuadrillas de tierra, tres bulldozer, una dotación de bomberos municipales y efectivos desplazados por la Diputación de Salamanca, además un helicóptero de coordinación. Han llegado medios hasta desde Galicia.
Las autoridades ordenaron sobre las 10.30 horas el desalojo preventivo de los vecinos. La Guardia Civil comenzó a evacuar a los habitantes de la localidad de la Sierra de Francia mediante llamamientos a través de la megafonía de sus dotaciones, así que decenas de vecinos salieron del término municipal en sus coches particulares. Además, Emergencias fletó un autobús cuya misión fue de trasladar a las personas mayores al pabellón Eladio Jiménez de Ciudad Rodrigo.
Mientras el alcalde de la localidad, Ángel Mateos, seguía trabajando en la extinción del fuego como miembro de uno de los retenes, el teniente de alcalde, Juan Rodríguez, atendió a los medios poco después de la evacuación, que había sido complicada. «A mucha gente mayor le cuesta abandonar sus casas de toda la vida sin saber que va a pasar y se han visto obligadas a hacerlo, no ha habido más remedio, ha sido todo muy rápido».
El edil afirmó que tras una noche «tranquila» porque «no éramos conscientes de que el fuego viniera. Ayer la sensación que nos daba es que se mantenía en Las Hurdes, una vez que lo habíamos parado en Batuecas, pero esta mañana nos hemos encontrado que estaba ya totalmente avanzado hacia nosotros y ya ha sido no poder pararlo».
Respecto a la cercanía del fuego, al mediodía de este martes «las llamas están relativamente cerca del pueblo. Ahora mismo estarán como a un kilómetro. Las brigadas han hecho un cortafuegos hacia la Peña de Francia y esperemos que no llegue. Es un continuo de helicópteros para cargar y descargar pero no sabemos nada más».
Sobe el terreno no parecía que el fuego fuese a llegar al pueblo, pero las dificultades para controlar el incendio, el calor y la posibilidad de un cambio en el viento, hacía que nadie las tuviese todas consigo.
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