Tomates, patatas y ajos con vistas al tren

Una historia totalmente diferente es la de Jesús Hernández. Natural de Alaraz, con 8 décadas de experiencias a su espalda, y tras media vida fuera de Salamanca, llegó a la capital hace ya 15 años. Junto al túnel de la televisión y tan solo separado por una valla de las vías del tren tiene su pequeño huerto donde siembra tomates, patatas, fresas y ajos sobre todo, aunque en cada temporada cambia estos productos. “Llevo cinco años con esto, empecé con un metro cuadrado y luego lo he ampliado algo para tener más cosas. Me entró la mácula y me quedé prácticamente ciego, solo veo algo y muy borroso por el ojo derecho, digamos que este es mi entretenimiento de todos los días”, comenta Jesús Hernández que recibe a todo aquel que quiera ir a visitarlo: “Aquí vienen también para charlar un rato y estar aquí distraídos como me pasa a mí. Se sientan conmigo y hablamos largo y tendido de todo, es una forma también de sociabilizarse y estar entretenidos. Yo lo agradezco enormemente”.

La gente le lleva tierra y semillas para sembrar y él lo riega y lo cuida. De hecho, no tiene agua allí y todos los días tiene que transportar varias garrafas desde su casa. “Aquí las horas se me pasan volando. Tengo plantado ajos, fresas, patatas, tomates y voy a poner unos melones. Es algo pequeño pero todo lo que sale de aquí se regala a quien lo quiera, aunque el año pasado me robaron los tomates que crecieron. Yo se lo doy, pero solo pido que no hagan daño porque la gente viene a andar y ya de paso meten mano”. El pasado lunes Jesús sufrió la gamberrada de alguno que le destrozó los ajos de madrugada, pero no es la única ya que en la noche del jueves al viernes los vándalos volvieron a actuar en su pequeño huerto y arrancaron una tomatera que se encontraba en flor. “Lo único que hacen es daño porque ya me dirás lo que se van a llevar de aquí. Llegaron a arrancar incluso unas fresas hace dos meses y no estaba ni el fruto aún, así que no sé ni por qué lo hacen, la verdad. La tomatera que es lo último que han destrozado no sé ni para que se la llevan porque no les va a dar tomates y no había nada. Solo que la flor”, concluye indignado.