Los mismos libros en los colegios pese a la aplicación de la Lomloe

La aplicación de la nueva ley educativa está siendo más atropellada de lo que podría imaginarse, lo que ha provocado que los preparativos para el próximo curso se vean afectados. Uno de los “daños colaterales” ha sido la elección de los libros de texto que se utilizarán a partir de septiembre. Lo lógico es pensar que, ante una nueva ley educativa y currículo, la mayoría de colegios e institutos cambiarían los manuales, al menos de los cursos impares, donde comienza a aplicarse. Sin embargo, la respuesta mayoritaria es la contraria. Los centros apuestan por mantener una gran parte de los libros con los que trabajan en la actualidad docentes y el alumnado y aparcar para el curso 2023/2024 la elección de manuales.

El principal motivo de una decisión tan sorprendente, mantener manuales que siguen los criterios de la anterior ley en lugar de la que va a entrar en vigor, tiene que ver con la tardanza en conocerse el currículo de Castilla y León, que fija el 40% de los contenidos. La Junta defiende que el Gobierno retrasó tres meses más de lo previsto la aprobación de su parte, por lo que no prevé dar el visto bueno al currículo autonómico hasta agosto o septiembre. Es cierto que hace unos días publicó los borradores para que los docentes pudieran empezar a organizarse, pero las editoriales no han dispuesto de tiempo suficiente para elaborar libros con un contenido actualizado al diseñado por Castilla y León. Ante la falta de manuales plenamente adaptados al currículo, muchos centros consideran que no merece la pena el cambio, por lo que seguirán trabajando con los libros antiguos más la propia adaptación que realizarán los docentes en clase.

Colegios e institutos recuerdan que en esta decisión también influye la norma impuesta por la Junta de que los libros de textos deben tener una vigencia mínima de cuatro años, una medida adoptada para contener el gasto de las familias. Por eso los centros señalan que en caso de elegir ahora un texto que no esté plenamente actualizado, deberían mantenerlo cuatro cursos, por lo que consideran más conveniente aguardar un año para hacer el cambio y que elegir un libro plenamente actualizado a los contenidos marcados por Castilla y León.

Otra razón para mantener libros es aprovechar al máximo los bancos de préstamo que hay en cada centro. Muchos cuentan con importantes fondos que dejarían de ser útiles si el centro decide cambiar los libros, ya que no se podrían prestar. Esta decisión beneficia de manera indirecta a las arcas de la Junta. Hay que tener en cuenta que dejar un libro a un alumno evita que tenga que comprarlo, adquisición por la que recibiría una ayuda económica de la Consejería de Educación si la familia del alumno cumple no excede el límite de renta.