La salmantina Raquel Martín: reina de España de vuelo acrobático

El oro de Raquel Martín (Santa Marta, 25 años) en la modalidad ‘deportivo’ de vuelo acrobático conseguido el pasado 2021 no fue fruto ni de la pandemia ni de la casualidad. Ni mucho menos. Y así lo ha vuelto a demostrar un año después con su ejercicio de 2075.003 puntos y 64,44 de porcentaje sobre el cielo de Matilla de los Caños (Valladolid). Con los dos oros colgados del cuello, Raquel Martín (que compagina el vuelo deportivo con el comercial en Iberia) echa la vista atrás, al mismo momento en el que se le abrió la luz del cielo: “En mi familia no había ni hay nadie relacionado con la aviación, por lo que no es algo que haya visto desde muy pequeña. Fue a los 13 años cuando empecé a plantearme seriamente qué es lo que quería ser y a qué me quería dedicar y piloto comercial era lo único que realmente me gustaba. Creo que influyó mucho que desde mi colegio en Salamanca siempre veía pasar a los aviones militares de la base de Matacán”

Y de ahí, a licenciarse con no mucho tiempo de distancia con los dos oros nacionales en vuelo acrobático: “Cuando terminé el grado universitario de piloto de aviación comercial y operaciones aéreas, tenía que hacer una hora de entrenamiento de posiciones anormales y cómo recuperarlas con el avión con el que compito a día de hoy. Después de ese día supe que quería iniciarme en el mundo de la acrobacia aérea y que quería competir en esta modalidad. En 2020 empecé a trabajar en mi actual compañía, Iberia, y ese mismo año me saqué la licencia de vuelo acrobático y fui a mi primer campeonato de España”.

En tres ediciones, dos primeros puestos. Y muchas horas de trabajo no solo en el aire, sino sobre todo en tierra: “Requiere de mucha preparación en tierra para que salga bien en el aire. En competición tenemos un programa de vuelo en el que hay alrededor de 12 figuras que tenemos que realizar con el avión de la forma más geométrica y precisa posible, además estas figuras deben realizarse dentro de un espacio de mil por mil por mil metros que llamamos caja acrobática. Necesitamos estudiar bien los programas que vamos a volar, cómo vamos a realizar cada figura y en qué punto exacto de la caja vamos a hacer la maniobra. Después del trabajo que realizamos en tierra toca entrenarlo en el aire. Hacemos varias tandas de entrenamientos de 20 minutos (3 en un día) y entre cada entrenamiento tenemos que descansar varias horas ya que es un deporte muy exigente”. Y que engancha: “El vuelo acrobático es una modalidad que te da total libertad para hacer lo que quieras con el avión y ponerlo en cualquier posición posible. Pero aparte de la diversión creo que es un tipo de vuelo que cualquier piloto tiene que experimentar al menos una vez en la vida, porque te da experiencia y seguridad. Lo que más me gusta de este deporte es el compañerismo que hay entre todos los participantes y el espíritu de superación. Otra de las cosas que más me gustan es que no se hace ninguna distinción de edad ni de sexo en las categorías lo que lo hace aún más interesante y emocionante”.

Tanto, que no duda en abrirle las puertas a alguien que como ella a los 13 años se quiera dedicar a la aviación: “Es más fácil de lo que parece, hay dos opciones, una es sacarte la licencia de piloto comercial (si te quieres dedicar profesionalmente a la aviación) y en caso de que solo quieras volar por hobby puedes sacarte la licencia de piloto privado. Con cualquiera de estas dos licencias puedes acceder a la formación de vuelo acrobático en cualquiera de las escuelas que hay ahora mismo en España”, apunta mientras se marca más objetivos que el Nacional: “Mi objetivo a corto plazo es seguir entrenando y subir de categoría a intermedio. Y a largo plazo seguir subiendo de categorías y competir en campeonatos internacionales”.