El Cristo de la Vela volverá a iluminar el atardecer del Sábado Santo

“Con ilusión, con emoción y con ganas de que todas las hermandades puedan salir a repartir fe por las calles salmantinas”. Así se vive esta Semana Santa en la Hermandad del Silencio, en palabras de su presidenta, Amparo Álvarez, quien añade que, “después de dos años en casa, consideramos que la responsabilidad sigue presente y tomaremos las medidas sanitarias oportunas, evitando en todo momento que la situación epidemiológica empeore”. Como reconoce, “cuando hablas con hermanos/as sobre la situación, se aprecia miedo al meterse debajo de un paso, y es algo lógico, puesto que en este tiempo hemos podido perder personas importantes para nosotros e incluso todos conocemos a personas que han tenido una situación delicada debido a la COVID-19”.

Estos días previos a la Semana Santa también toca mirar el cielo. “Esperemos que las condiciones climatológicas sean las mejores para todas las hermandades. No cabe duda, que será un año raro y excepcional, pero con la misma ilusión de siempre”, añade. Al frente de la Hermandad del Silencio hay una nueva Junta de Gobierno, formada por “miembros que ya han estado con anterioridad a los mandos de la Hermandad, pero también hermanos/as que se estrenan en estas funciones”. Aunando experiencia y juventud, “lo que queremos es retomar el sentimiento de Hermandad y de unión tanto entre los hermanos como con la parroquia y el barrio. Los pilares fundamentales de nuestra Hermandad son la parroquia y el barrio y debemos de cuidarlo”.

Una de las novedades “es que el Grupo Joven de la Hermandad se ha retomado. Se intenta que sientan que tienen un papel fundamental en la Hermandad, puesto que no dejan de ser el futuro de esta”. Y pensando en el futuro, “una propuesta es el cambio del Paso del Santísimo Cristo de la Vela, puesto que está hecho de hierro y es un material que pesa mucho y queremos hacerlo más liviano para beneficiar a nuestros hermanos de carga”.

Además de la procesión del Sábado Santo, el próximo día 6 de abril tendrá lugar el Vía Crucis de la Hermandad (20.15h en la Parroquia de Jesús Obrero), “si las inclemencias del tiempo nos lo permiten saldremos por las calles del Barrio del Carmen e iremos al Colegio Concertado Pizarrales y realizaremos el acto”.

Imágenes

La Hermandad del Silencio, fundada en 1985, es la hermandad de un barrio, Pizarrales, y de su parroquia. Barrio que en la tarde del Sábado Santo custodia al Cristo de la Vela (talla indocumentada de principios del siglo XX procedente del Colegio de las Trinitarias), junto a Nuestra Señora del Silencio, paso cargado por mujeres, y La Palabra de Dios, en una de las procesiones más largas de la Semana Santa de Salamanca. Los cofrades, ataviados con sus túnicas negras y capirotes rojos, recorren el camino que va desde la iglesia de Jesús Obrero hasta el casco histórico.

Junto al Crucificado, desde 1991 desfila Nuestra Señora del Silencio. Dolorosa de estilo castellano tallada por Enrique Orejudo que representa a María volviendo del Sepulcro con la mirada perdida y las manos entrelazadas y vacías, tomando para su vestimenta los colores de la hermandad (rojo para la túnica y negro para el manto). Y portada por los niños de la hermandad, La Palabra de Dios, biblia abierta tallada en madera por Enrique Orejudo en 1988. En la página de la izquierda se muestra la rica ilustración de un calvario y en la derecha el texto “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”.

Historia

Los estatutos de la Hermandad del Silencio fueron aprobados en 1985 y ratificados un año después por el entonces por el obispo Mauro Rubio. Tras su fundación se empezó a buscar una imagen a la que poder dar culto, y tras algún revés, se supo de la existencia en la Parroquia de Jesús Obrero de un crucificado que había llegado hasta allí desde el Colegio de las Josefinas Trinitarias debido a la remodelación de su capilla. En aquel momento el párroco estaba pensando en trasladarlo a otra parroquia de la provincia cuando se presentó ante él la Cofradía. Explicado su proyecto la imagen fue cedida a la hermandad, que fijó su sede canónica en la parroquia. Al carecer la imagen de nombre se le llamó Cristo de la Vela, al ser el de la primera imagen en que se había fijado la hermandad para venerar.

En 1990 se incorporó la imagen de la Virgen del Silencio para ser cargada por mujeres. Dos años antes se había incluido un paso alegórico portado por niños, La Palabra de Dios.