La protesta, convocada de forma espontánea, reúne a 120 agricultores y ganaderos y decenas de tractores y todoterrenos ante el yacimiento de Siega Verde

Encarnación Pérez, subdelegada del Gobierno en Salamanca, es una persona dialogante y siempre está dispuesta a escuchar. Sus puertas están abiertas para todas las proposiciones que le presenten desde los alcaldes de municipios más pequeños, asociaciones sociales o colectivos. Por ello, resulta inconcebible que los agricultores de la zona de Ciudad Rodrigo recibieran a la subdelegada del Gobierno a voz en grito. Simplemente, se tenían que haber acercado, contado lo que les preocupa y la subdelegada del Gobierno hubiera sabido escucharlos y empatizar con ellos.

ICAL. Alrededor de 120 agricultores y ganaderos de la comarca mirobrigense reclamaron este jueves “precios justos” para sus productos ante la subdelegada del Gobierno en Salamanca, Encarnación Pérez, durante su visita a Siega Verde. La protesta, convocada de forma espontánea a través del boca a boca y de las redes sociales no contaba con el sustento de ninguna organización profesional agraria, aunque logró reunir ante el yacimiento arqueológico a decenas de tractores y todoterrenos.

Según explicó a Ical el ganadero Ángel José Calderero, uno de los profesionales concentrados, la presión del aumento de los costes durante las últimas semanas, con los precios del combustible y de los piensos “disparados”, provocó la movilización de los profesionales de la zona al conocer la visita a la comarca de la subdelegada, quien tenía agendada una visita a la Siega Verde tras reunirse con la Guardia Civil de Ciudad Rodrigo para felicitar a la Compañía mirobrigense por su desempeño durante el reciente Carnaval del Toro.

Numerosos agentes, de hecho, estuvieron vigilando la protesta ante la fuerte concentración de vehículos. Pérez se dirigió a los agricultores y ganaderos concentrados y les explicó las medidas que, desde el Gobierno de España, están implementando para mejorar la rentabilidad de las explotaciones.

Sin embargo, según Calderero, fue una forma de “lavar la cara” ante un sector que ha perdido la confianza en la clase política. Además, al incremento de los costes y los bajos precios que cobran por sus materias primas, los profesionales del sector primario en esta zona del sudoeste salmantino añaden los problemas que conllevan los ataques de la fauna salvaje al ganado vivo y el perjuicio que le supone la última modificación legislativa en este sentido.