Tratan de forma pionera en España un aneurisma cerebral por la muñeca
Madrid
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No siempre que se detecta un aneurisma cerebral hay que intervenir. En los casos en los que sí, donde es probable que se rompa o bien ya está roto, existen básicamente dos tipos de procedimientos, el tratamiento endovascular y la cirugía abierta (esta última reservada para casos seleccionados), en el caso del tratamiento endovascular mediante un cateterismo, se navega por las arterias del cerebro llegando hasta el aneurisma que deber ser tratado (embolización). Precisamente, en este último campo es donde se han producido grandes avances, con España como uno de los protagonistas.
Así, de forma pionera, la
Unidad de Neurorradiología Intervencionista de la Fundación Jiménez Díaz (Madrid) ha operado con éxito un aneurisma por la muñeca de una paciente, que estuvo consciente en todo momento, y que además recibió el alta en el mismo día.
El doctor Claudio Rodríguez Fernández es el jefe de la Unidad de Neurorradiología Intervencionista de este centro hospitalario madrileño, perteneciente al grupo
Quirónsalud, y responsable de este hito en la Medicina contemporánea, que vienen aplicando en casos de aneurismas no rotos y que cumplen los criterios de selección para este protocolo.
Explica para poder entenderlo que los aneurismas cerebrales son puntos más débiles o delgados que se abomban o hinchan en una arteria del cerebro, llenándose de sangre. «En muchas ocasiones se detectan porque al paciente le realizan una prueba por otro motivo. Entre los principales peligros de los aneurismas se encontraría el que estos pueden estallar o romperse, provocando problemas de salud graves en los pacientes, como la temida hemorragia subaracnoidea que puede derivar en graves secuelas neurológicas o incluso la muerte en última instancia. Son más frecuentes en mujeres, y entre los 30 y los 60 años, si bien pueden darse en cualquier edad y persona», puntualiza el experto.
En concreto, el doctor Rodríguez Fernández señala que para este tipo de patología la Fundación Jiménez Díaz tienen diversos protocolos, entre estos cuentan con uno de alta resolución y mínima invasión aplicable a un subgrupo de pacientes, y en el que se tienen en cuenta diversos aspectos como la edad, las comorbilidades del paciente, las características y localización del aneurisma a tratar así como el tipo de dispositivo que se requiere para el sellado del aneurisma.
En este caso trataron a Dayana, una paciente que cuenta ya a sus espaldas con dos intervenciones de aneurisma cerebral, la primera en la ingle y esta segunda que se ha realizado desde la muñeca con este novedoso protocolo.
«La primera vez, aunque había ido todo bien, por protocolo, tuve que pasar la primera noche en la UCI; mientras que en esta segunda intervención, tras unas horas en planta, me fui a casa el mismo día, y ya esa noche estuve usando el móvil con la mano por donde me habían operado para hablar con mis médicos y familiares. La recuperación fue mejor y más rápida, con menos dolor e incomodidad de la cicatriz», recuerda.
Este procedimiento, a juicio del jefe de la Unidad de Neurorradiología Intervencionista de la Fundación Jiménez Díaz, representa una «técnica pionera en Europa y en gran parte del mundo», que se caracteriza por una mínima invasión al paciente, así como por un mayor confort para el mismo, y con resultados clínicos similares a la técnica estándar, aparte por supuesto de un «óptimo proceso psicológico».
Es «seguro, efectivo, y eficaz», y en distintas series bibliográficas se han demostrado menos complicaciones que el tratamiento estándar, según defiende el neurorradiólogo intervencionista. «En la Fundación Jiménez Díaz somos pioneros en esta técnica y en tratar los aneurismas de esta manera», remarca el doctor.
Anestesia local y colaboración del paciente
La operación consistió en una intervención ambulatoria (con anestesia local) de un aneurisma cerebral por vía radial (a través de la muñeca) con la paciente despierta, y que recibió el alta en el día, pasadas tan solo seis horas de la intervención.
Concretamente, se trataba del segundo cuadro de este tipo que había que intervenir en la misma paciente, ya que algo más de dos años antes las constantes subidas de tensión de Dayana, de 45 años, la llevaron a la obligada realización de varias pruebas que dieron con el diagnostico final de dos aneurismas cerebrales.
El primero, localizado en el lazo izquierdo del cerebro, fue intervenido entonces mediante el procedimiento habitual: con abordaje femoral (a través de la ingle), anestesia general y entre 48 horas y cuatro días de ingreso. Fue un éxito en términos médicos y de recuperación de la paciente, pero Dayana lo pasó muy mal desde el punto de vista psicológico, según apunta el doctor Rodríguez Fernández.
Para tratar este segundo aneurisma que seguía creciendo, localizado esta vez en el lado contralateral del cerebro, desde su equipo propusieron el nuevo protocolo de alta resolución que vienen realizando en pacientes seleccionados: operar a través de la muñeca con anestesia local, lo que facilita la comunicación y monitorización del paciente durante el tratamiento, así como el alta precoz en las primeras seis horas tras la intervención.
En la actualidad hay otros hospitales que operan aneurismas cerebrales por vía radial, que lo hacen con anestesia local con el paciente ligeramente sedado o incluso, en algunos centros pioneros en EEUU, de forma ambulatoria; pero realizarlo uniendo estas condiciones, así como la optimización de los procesos que puedan invadir al paciente como (sondas, vías centrales, etc.) en una misma intervención, todo esto asociado a un programa de monitorización durante las siguientes horas al alta, es algo pionero que la Fundación Jiménez Díaz viene implementado desde hace más de un año en pacientes seleccionados.
La intervención neurovascular de Dayana pudo realizarse conforme a este pionero protocolo, por una parte, porque la paciente cumplía los criterios de inclusión en cuanto a características del aneurisma a tratar, edad, comorbilidad y ausencia de otros factores de riesgo, sumados a sus preferencias y conformidad con la propuesta terapéutica y, por otro lado, por la dotación técnica y experiencia del equipo de la Unidad de Neurorradiología Intervencionista de la Fundación Jiménez Díaz.
«La recuperación fue mejor y más rápida, con menos dolor e incomodidad», recuerda Dayana tan solo seis días después de la intervención, reconociendo que, aunque pasó el lógico miedo en el momento de escuchar el diagnóstico, saber que había buenas alternativas de tratamiento y la ayuda, información y acompañamiento de los profesionales del hospital a su juicio marcaron la diferencia.
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