Microgarzón y su granja

 Microgarzón y su granja


HAY una máxima en el mundo del campo que es la de que si al animal no le sobra nada, no te va a dar nada. Es la experiencia la que le enseña a un ganadero que si está cómodo, limpio, sano y bien alimentado es rentable y que si no es así, cierra. Pero Garzón ha logrado el objetivo. Lanza el mensaje contra macrogranjas y los ignorantes llegan a decir que el ministro micro es zafio en las formas pero que abre un debate necesario.

¿Qué debate? Primero habría que saber qué es una macrogranja. Lo máximo que ha precisado Garzón desde la más alta irresponsabilidad, es que hay una carne buena, que para él es la producida en extensivo, en la dehesa, y otra de peor calidad o mala, que encima asegura que procede de animales maltratados. Debería haber sido cesado de inmediato por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y cada día que pasa en el cargo suma una cruz en el ‘debe’ del PSOE.

Cuánta ignorancia y cuánta demagogia. Hace tiempo que es casi imposible visitar una explotación de porcino salvo que se sea inspector de bienestar animal -que viven prácticamente en ellas- porque el ganadero sabe por experiencia que debe proteger al máximo a sus animales. En cualquiera de esas explotaciones intensivas demonizadas por Garzón se obliga a ducharse antes de entrar y a llevar ropa desinfectada, porque la ganadería va mil pasos por delante en bioseguridad y la mascarilla es compañera desde hace años. El ganadero español, como sufrió el virus de la peste porcina durante 30 años en los que se mataron en España 3,5 millones de cerdos y tuvo cerradas las fronteras durante esas tres décadas, sabe lo que es salir adelante a base de test serológicos, sistemas estrictos de registro, instalaciones pioneras y familiarización con las PCR. Por eso los veterinarios en los inicios del covid fueron ninguneados, se les despreció como expertos cuando eran maestros ya en la lucha contra virus.

Y ahora viene un indocumentado con cartera de ministro y dice que los cerdos están hacinados porque se ve que no sabe que en España no hay un cerdo atado y que es obligatorio por ley respetar un espacio concreto por animal. Y que es obligatorio incluso también por ley que estén en la granja a una temperatura constante, suba la luz o el gas.

Demagogia e ignorancia es pensar que los consumidores podríamos pagar los filetes si solo hubiera animales en la dehesa y no también en granjas. Ignorancia es pensar que aquí hay maltrato, porque es como decir que porque uno conduzca en sentido contrario, en España todos conducimos así. Cuando entró en vigor la normativa de bienestar de gallinas ponedoras cerraron granjas y menos de 800 salieron adelante tras invertir en más espacio o hasta en limas de uñas para ellas, pero Garzón no se preocupa como ministro de Consumo de que en nuestro país se vendan huevos producidos en condiciones que aquí están prohibidas o que al menos lo sepamos de forma clara por el etiquetado.Como no le preocupa que en el etiquetado de carne procedente de otros países no se especifique que allí el uso de clembuterol está autorizado, no como en España, o que el antibiótico campa en esos lugares a sus anchas. Debería preocuparse como ministro de Consumo de que a los españoles no se nos engañe. Que cree que tiene que afinar más la norma de bienestar, que lo proponga y trabaje como miembro del Gobierno que es. Pero que no haga demagogia. Y que como titular de Consumo logre que se especifique en el etiquetado si la carne procede de un animal criado en extensivo o en intensivo, y que por cada filete se pague un precio justo al ganadero, que no ocurre en ningún caso. Ignorancia es no saber que si un ganadero tiene 2.000 cerdos es porque no puede vivir de 500. Es no querer saber que, si por ejemplo, sube luego el precio de venta del lomo, entrará más barato de otros países, algunos con normas de bienestar hasta inexistentes, y eso a Garzón y a los demás no les importa.

Cuidado con seguir el juego a demagogos ‘progres’, como Garzón. De momento ya han colado lo de animales como seres sintientes, que no solo incluye a los de compañía. Luego vendrá la Ley ‘podemita’ de Bienestar Animal, bloqueada por el PSOE hasta después de las elecciones en Castilla y León porque también apunta contra el medio rural, en concreto contra la caza, y teme perder votos. En ella se aboga por avanzar hacia el sacrificio cero de animales… y en el vídeo promocional aparece la imagen de cerdos en granja.

Si solo hay carne de extensivo, solo podrá comer carne española el rico. Si solo come carne el rico, bajará el consumo como quiere Garzón con la excusa, viva la demagogia, de luchar contra el cambio climático porque a él no le importa que llegue carne de otros países que contaminan más y encima se suma el transporte. Se habrá salido con la suya desde la mentira. Cuidado porque se puede ser ignorante y listo.



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