Por qué este año es más importante vacunarse de la gripe
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Aunque el año pasado no hubo apenas transmisión comunitaria de gripe, sigue siendo especialmente importante minimizar la sobrecarga asistencial por la enfermedad en centros de salud y hospitales, lo cual puede conseguirse mediante la vacunación. Este año, con el riesgo de relajación de las medidas higiénicas preventivas,
vacunarse frente a la gripe es quizás más crucial que nunca por la coexistencia de la pandemia por Covid-19 en la temporada epidémica otoño-invierno. Y es que, entre otros hallazgos, se ha probado que el riesgo de muerte se multiplica por dos en caso de
infección simultánea con el virus de la gripe y el SARS-CoV-2.
En este sentido, es importante recordar que ambos virus comparten vías de transmisión y causan patologías respiratorias que tienen presentaciones clínicas muy parecidas (igual que otros cuadros catarrales), con una gran variedad de síntomas comunes que pueden ir desde infecciones asintomáticas o síntomas leves hasta enfermedad grave y muertes.
Una diferencia entre ambas patologías es quizás la proporción de pacientes con sintomatología grave: con el nuevo coronavirus, un 80% de las infecciones son leves o asintomáticas, un 15% son graves (requieren terapia con oxígeno), y hasta un 5% son infecciones críticas (requieren ventilación). Esos porcentajes de infección grave parecen más elevados que los observados en el caso de la infección gripal, si bien ésta no es una infección banal, sino que cada año suele provocar miles de muertes en España.
La fiebre, la tos y la pérdida de olfato/gusto son síntomas comunes de la gripe y el Covid-19; sin embargo, la fatiga, el dolor de garganta, el dolor de cabeza y el dolor muscular parecen producirse con menos frecuencia en el Covid-19 que en la gripe. La dificultad respiratoria sí parece ser más frecuente en el Covid-19. En todo caso, si estás vacunado de gripe, es mucho menos probable que los síntomas sean debidos a la misma.
Respecto a la vacunación antigripal, debemos recordar que:
– Debe hacerse todos los años, fundamentalmente por el hecho de que los virus de la gripe tienen gran capacidad de variar sus proteínas de superficie (los antígenos), importantes en su capacidad para infectar nuestras células; aparecen con frecuencia nuevas variantes del virus frente a los que no tenemos protección y eso hace necesario que la composición de la vacuna se actualice cada año. Además, las defensas inmunitarias producidas por los vacunados (como los anticuerpos) disminuyen con el tiempo y hay que vacunarse de nuevo para generar nuevas defensas.
– Aunque la vacunación antigripal se recomienda especialmente en ciertos grupos de población con especial riesgo de complicaciones –como adultos de más de 65 años, pacientes con enfermedades crónicas, inmunosuprimidos, embarazadas o profesionales sanitarios, entre otros–, cualquier persona con su correspondiente prescripción médica puede acceder a la dispensación de la vacuna en farmacias comunitarias.
– No hay ninguna evidencia que demuestre un mayor riesgo de infectarse por coronavirus o de padecer Covid-19 de mayor gravedad por haber recibido una vacuna frente a la gripe.
– Se ha demostrado que es perfectamente posible administrar la vacuna de la gripe de manera concomitante con otras vacunas, en lugares anatómicos diferentes (distintos brazos), incluidas la vacuna de ARNm frente a Covid-19 (Comirnaty® y Spikevax®) y el neumococo. Esto tiene especial interés en la campaña de vacunación con terceras dosis y dosis de refuerzo ahora en marcha. Además, en pacientes que han superado el Covid-19 o la padecen de forma leve/asintomática, así como en contactos estrechos de un caso confirmado que pertenezcan a los grupos de riesgo reconocidos, se recomienda la vacunación antigripal tras finalizar los días de aislamiento recomendados.
Es importante consultar con el farmacéutico cualquier duda relativa a la administración de la vacuna antigripal, siendo también muy recomendable contactar con el centro de salud si se tienen síntomas gripales y alguna patología de base que predisponga a un mayor riesgo de complicaciones por la enfermedad.
Por último, hay que insistir en que está sobradamente probada la seguridad y efectividad de las vacunas para evitar un alto porcentaje de hospitalizaciones y muertes producidas por la gripe, pero, igual que ocurre con las vacunas frente al Covid-19, no suponen una protección total, y por ello, es esencial mantener las medidas preventivas frente al contagio de virus respiratorios: mascarilla, distancia social, higiene de manos y ventilación de interiores, entre otras.
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