Dos investigadores españoles diseñan un electrodo menos invasivo y más seguro para recién nacidos en la UCI
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El momento del parto, justo antes del nacimiento, o las primeras horas de vida constituyen momentos de riesgo para el recién nacido. Prematuridad, infecciones, hipoxia… El diagnóstico precoz de la disfunción cerebral, muchas veces difícil de detectar, resulta clave para lograr un tratamiento adecuado y evitar secuelas. En las UCIs neonatales se emplea la electroencefalografía de amplitud integrada (aEEG, por sus siglas en inglés) para identificar epilepsias y daños cerebrales. Pero los electrodos utilizados presentan inconvenientes, ya que los recién nacidos, sobre todo los prematuros, tienen una piel muy fina y frágil, lo que podría provocar daños por presión, y su tamaño y rigidez no resultan los más apropiados para sus pequeños cráneos.
Un nuevo electrodo específico para neonatos, diseñado por el neurofisiólogo clínico Vicenç Pascual y Albert Fabregat-Sanjuan, investigador del departamento de Ingeniería Mecánica en la Universitat Rovira i Virgili (Tarragona), no solo permite un mejor registro de la actividad neuronal, facilitando un rápido diagnóstico, sino que resulta más sencillo de colocar y extraer, lo cual proporciona mayor seguridad en el proceso de monitorización del neonato.
Los investigadores realizaron un exhaustivo análisis de los dispositivos que se usan actualmente y describieron los inconvenientes de cada uno de ellos. «Hay diferentes tecnologías para monitorizar mediante electrodo. Está la aguja subcutánea, que tiene como inconveniente que añade un peligro de infección y además es molesta para el neonato. Después contamos con los típicos electrodos de hidrogel, en los que el factor más limitador es que el gel tiene caducidad y entre 12 y 24 horas se tiene que sustituir; o los electrodos de copa, demasiado rígidos para la piel de los recién nacidos y con una adhesión muy dificultosa», explica Fabregat-Sanjuan.
Menos invasivo y más seguro
El nuevo diseño de electrodo ha tenido en cuenta la flexibilidad, una mejor calidad de la señal para los registros prolongados y un diseño translúcido para poder ver la piel y comprobar que no se produce daño. «Se trata de un electrodo de superficie que lleva un adhesivo pegado a la piel. Aporta mayor seguridad, ya que como es blando no provoca lesiones y como es transparente podemos comprobar el estado de la piel. Además, cuando se renueva el gel electroconductor -que se tiene que ir poniendo periódicamente en torno a una vez cada 24 horas- este dispositivo impide que se pueda dañar el córtex cerebral. Este electrodo avanzado, específico para neonatos, carece de los inconvenientes que hemos detectado en otros», asegura Vicenç Pascual.
La flexibilidad de este electrodo hace posible que se adapte a cualquier curvatura de cráneo, puntualiza Fabregat-Sanjuan: «El diseño permite su adaptación a todos los bebés, desde el ‘pretérmino’ hasta el ‘a término’. Los electrodos, creados específicamente para realizar integración de amplitud, solo son cuatro y se sitúan en la parte superior de la cabeza. La dirección del cable es perpendicular a la superficie craneal, lo cual mejora muchísimo la movilización del paciente».
Las ventajas de este electrodo también podrían aplicarse a otras prácticas clínicas: «Sería posible utilizarlo en cualquier situación de registro electrofisiológico, como pruebas para diagnóstico de patología neuronal o estudios de sueño», indica Pascual.
Para los próximos meses está previsto realizar el ensayo clínico que certifique su utilidad y en 2022 se abordaría la regulación del «device». Después, la fase de industrialización para fabricarlo en serie y, finalmente, la comercialización del sistema.
Transferencia tecnológica
La idea se forja hace diez años, cuando el neurofisiólogo Pascual detectó la necesidad de un electrodo específico para neonatos. Pero no fue hasta hace dos cuando decidió impulsar el sistema. Para ello, solicitó el desarrollo específico de tecnología aplicada a la Oficina de Transferencia de la Fundació Universitat Rovira i Virgili. Es entonces cuando se incorporó al proyecto el ingeniero mecánico Fabregat-Sanjuan para resolver, con el desarrollo y adaptación de tecnología, esta necesidad clínica.
El diseño se patenta un año después y comienzan las gestiones para trasladar la tecnología al mercado, obteniendo financiación y acompañamiento. La Incubadora de Empresas The Collider del Mobile World Capital Barcelona selecciona el proyecto en 2020 y a partir de este momento se incorporan emprendedores al equipo. Recientemente, la Fundación “la Caixa”, en el marco de la convocatoria CaixaResearch Validate, ha optado por impulsar el proyecto Electrodos avanzados para detectar patologías neurológicas en neonatos.
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