Salamanca espera como agua de mayo a las hordas de universitarios que cada septiembre hacen que la ciudad recobre su pulso

Noche de reencuentros con compañeros de piso, de clase, de colegio mayor o residencia y también primeras veces.

El primer día en la facultad, los nervios, los profesores, que imponen más a los de primero que a los de cuarto. Y, primer día fuera de casa, con esas personas que están al frente de la portería del colegio mayor o de la residencia que son más serias ahora que en Navidad. Es cuestión de tiempo.

Salamanca espera como agua de mayo a las hordas de universitarios que cada septiembre hacen que la ciudad recobre su pulso, después del largo y cálido verano.

Este lunes 6 de septiembre han vuelto las novatadas. Eso sí, al menos las de esta noche muy civilizadas, los y las delataba la pintura de guerra en sus caras y la timidez propia del que acaba de conocer al vecino o vecina de silla en la terrada. Eran chicos y chicas que pasarán su primer curso como universitarios en el colegio mayor Nuestra Señora de Guadalupe.

Las terrazas de San Julián, las escaleras de la Gran Vía, calle Atentado de Atocha o Correhuela latían con el corazón joven que cada año hace que Salamanca sea considerada una de las ciudades universitarias de España.

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