Playas de España

A medida que se ha ido procediendo a la vacunación de todo el mundo, en nuestro caso de España, se han ido levantando cada vez más las restricciones. Aunque sigue habiendo mucha gente, sobre todo jóvenes, que están ansiosos de mayores libertades y se han adelantado a celebrar las llamadas “no fiestas” con la expresión propia juvenil de los botellones.

Las restricciones por las que hemos pasado desde hace casi dos años, nos hacen a todos estar deseando la vuelta a la normalidad anterior a la dichosa pandemia del covid-19. Aunque hay muchos que no han superado los miedos al contagio, y siguen recluidos en sus casas, la mayoría han tomado con ganas las prácticas y los gozos del verano.

Así, aunque ha habido gente que ha recuperado sus prácticas de viajar o tomar sus vacaciones fuera de España, muchos han buscado lugar en el mundo rural de nuestro propio país, sobre todo en las “casas rurales”. Y parece que la mayoría han recuperado la tradición de tomar sus vacaciones en las playas españolas.

Con las prácticas normales de la distancia de seguridad de metro y medio o dos metros entre las personas en los diversos lugares donde se encuentran las playas españolas. Y también con el uso de las mascarillas si no es posible mantener aquella distancia. Cosa que no es tan fácil realizar en nuestras playas más concurridas, como son las mediterráneas. Han circulado imágenes de las playas de Benidorm rebosantes de bañistas lo que hace imposible mantener las distancias y limitar los aforos que correspondería realizar.

En ese sentido, algunos hemos tenido la suerte de poder hacer nuestras vacaciones y descanso gozando de las playas abiertas y amplísimas del Atlántico en la localidad de Chipiona.

Aquí, superada ya la concurrencia mayor de los meses que van desde junio hasta agosto, actualmente mantiene unas playas amplias, limpias, cuidadas, vigiladas y contando con abundante información. Así, aun manteniendo buena asistencia en este mes de septiembre, no hay ningún tipo de aglomeración, hay distancias de seguridad suficientes y no se siente uno agobiado por la sobresaturación de personas.

Por eso, se observan gentes locales o de ciudades próximas, como Sevilla. Aunque no faltamos algunos que venimos de lugares más lejanos, de Salamanca en concreto, como es nuestro caso.

Se trata, sobre todo de la playa de Regla. Hay niños en abundancia, familias, parejas de convivencia o de amistad, personas mayores y discapacitados. Y todo el mundo parece encontrase a gusto: juegan continuamente, sobre todo los niños. Y no faltan carritos con helados, patatas fritas o frutos secos. Además de los abundantes chiringuitos, donde poder tomar un vino manzanilla, o una bebida refrescante, acompañada de pescaditos u otros frutos de ocasión en las playas marinas.

Por supuesto que no todo el que lo desearía puede tomarse unos días de vacaciones en lugares de playa. Ojalá todos pudieran hacerlo. Se eleva el salario mínimo, y se buscan soluciones a la subida desaforada de la luz, a la que no todo el mundo puede acceder con normalidad.

Y desde luego que no pueden tomar vacaciones en la playa muchos de los habitantes de Afganistán. Y por supuesto que no pueden acceder a las playas las mujeres y las niñas afganas. Veremos cómo evoluciona la situación con los talibanes al frente del gobierno, o del desgobierno, del pueblo de Afganistán.

Repartamos sol y playa, al menos para todos los españoles. En los afganos tendremos que ir pensando un poco más adelante.