La mejor pelotari del mundo debutó en Salamanca

Extraoficialmente se inaugura el Frontón Tormes, el 18 de setiembre de 1937, según trazas del arquitecto Lorenzo González Iglesias y dirección de la obra del arquitecto Francisco Gil González, sobre terrenos desalojados de unos corralones y casuchas viejas entre la calle del Sol y la plaza de san Boal, con una cancha de 30 metros de largo por 10 de ancho, compuesta por losetas de hormigón en masa y armadura de varillas, siendo la contracancha de 3 metros, de madera. El graderío para 300 butacas delanteras y 200 traseras, más otros 13 palcos para 56 espectadores en el piso superior. El edificio fue construido en ladrillo y hormigón con 4 alturas: sótano, con almacén, enfermería, vestuarios y caseta de calderas; planta baja, con gran vestíbulo, ambigú, oficinas, despacho de dirección y guardarropía; planta principal, con cancha, contracancha y graderío y piso superior, con 13 palcos.

Eran sus dueños Elpidio Sánchez Marcos y los socios Remigio Gil Domínguez, también contratista de obras y el delineante Luis Nodal Navarro.

Aparte del éxito de los frontones por la exhibición de las señoritas pelotaris, objeto de atención por grupos de comerciantes, industriales, médicos o ganaderos, tuvieron el aliciente pecuniario de las quinielas o apuestas donde se cruzaban grandes cantidades, antes del partido a “ganador” o “colocado”.

Debuta en agosto de 1941 María Antonia Uzcudun Auñamendi, “Chiquita de Anoeta” nacida en 1927, previa falsificación de su partida de nacimiento y cobra 1.000 pesetas al mes. Desde Salamanca, donde durante 6 meses se convierte en la estrella del frontón, pasó a los de la capital de España: “Iberia”, propiedad también de Elpidio Sánchez Marcos, que funciona entre 1941 y 1945 y luego al “Barberini” y al “Madrid”, para desplazarse después a Valencia y Barcelona. Marcha a Méjico, donde actúa entre 1953 y 1955, regresando por problemas familiares al frontón “Madrid” y de nuevo en La Habana, para reinaugurar el frontón Habana-Madrid en 1957, a su regreso se reencuentra con el mismo frontón.

Destacan sus actuaciones entre 1941 y 1967, obteniendo la Medalla al Mérito Deportivo en 1965 y logrando ser considerada por la crítica como la mejor pelotari del mundo a través de los tiempos.

Su puesto era de zaguera y llegó a retar a sus contrincantes por parejas. Se cuenta la anécdota de que en 1945, ya famosa, en el frontón “Palas” de Barcelona no se cobraba la entrada hasta el día de su debut, en que se estableció el precio de una peseta. Como espectadores y artistas tenían el mismo acceso, el portero le exigió el boleto a la artista.

En 1967 se compuso el One Step Pasodoble, dedicado a Manolo Santana y a Chiquita de Anoeta por parte de la Casa Amarillo, de Almendro 22, de Madrid, con letra de Amarillo y música de A. Barco y Olga Ramos.

Fallece María Antonia el 27 de enero de 2008 con 81 años.

El 15 de enero de 1938 había debutado en Salamanca Eladia Altuna Balerdi “Irura”, considerada una de las 3 mejores del mundo junto con Agustina Otaola Zapiani, que no pudo actuar en el Frontón Tormes pues nació en 1931. Eladia es la pelotari que pasó más temporadas en el frontón “Tormes” y falleció el 25/10/2009.

Debutaron también en el frontón “Tormes”, Agustina Elorza Gallastegui, delantera, nacida en 1920 y que fallece en 2012; Paula Lamarain Astigarraga, (conocida por “Paul”), nacida en 1924, que debuta con 14 años y tiene dos hermanas también pelotaris: Paquita y Antonia, falleciendo el 11 de marzo de 2018 a los 93 años.

Posteriormente destacó en este deporte una pelotari salmantina, Isabel Rodríguez Alpendérez “Chiquita de Ledesma”, nacida en 1952, que debutó en 1966 en el frontón “Madrid” y actuó hasta 1973.

El frontón “Tormes” desaparece en 1946 para dar paso a un conglomerado de viviendas, establecimientos comerciales y principalmente al “Cinema Salamanca” que exhibe los mejores estrenos hasta 2006, en que, derribado, da paso a la construcción de viviendas y locales comerciales.