Colas y aforo completo en la Noche del Patrimonio en Salamanca

Las quince ciudades españolas declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco vivieron la noche del sábado la tercera edición de la Noche del Patrimonio. Una iniciativa que hizo brillar, más si cabe, a Salamanca al atardecer y bajo las estrellas. Con la luna como espectadora y una temperatura de entre 16 y 18 grados, los salmantinos y turistas pudieron disfrutar de visitas nocturnas únicas en las torres de la Catedral (Ieronimus) y en la Clerecía (Scala Coeli) y captar en sus teléfonos y cámaras las espectaculares vistas de la capital salmantina iluminada.

Los participantes en la Noche del Patrimonio pudieron también acceder fuera del horario habitual -en algunos casos esperando colas por completarse el aforo-, al Museo de Historia de la Automoción, a la iglesia de San Millán (Monumenta Salmanticae), a la iglesia Vera Cruz, la Cueva de Salamanca y al centro de interpretación de las murallas.

Los más afortunados, aquellos que lograron reservar una plaza para las visitas culturales y de ocio (al completo desde hacía días) conocieron de la mano de guías especializados todos los secretos y curiosidades de los orígenes de la ciudad en San Vicente, el Pozo de Nieve, las murallas, el Botánico, el Museo Taurino, la Filmoteca, la iglesia de la Vera Cruz y del Museo de la Automoción.

Y como Salamanca es patrimonio pero también naturaleza, otros grupos compartieron momentos mágicos en el paseo interpretativo en la ribera del Tormes coincidiendo con el crepúsculo, en el avistamiento de aves junto al Puente Romano y en el paseo sensorial en Huerta Otea.

Con espectáculos culturales simultáneos en las 15 ciudades Patrimonio de la Humanidad, la más destacada fue el concierto de Andrea Bocelli en Mérida, ciudad que preside actualmente el Grupo. En Salamanca, el Patio Chico fue el escenario patrimonial del espectáculo de danza contemporánea “Camino y bueyes” con Proyecto Larrua y el grupo folclórico Surco que sumergieron al público en la relación ancestral que existe entre los bueyes, los humanos y la ciudad de Salamanca.