Un paseo por la belleza de las calles de Candelario

Pasear por las calles de Candelario no es solamente ver su gran belleza. Su arquitectura guarda una estrecha relación con la industria de los embutidos que tanto nombre dio a la villa entre los siglos XVIII y XIX.

Las batipuertas, las regaderas, los aleros voladizos, los hastiales o los morones son algunos de los elementos que figuran en las fachadas de los edificios de Candelario y que el guía turístico Pedro López mostró ayer a los turistas de Valencia, Málaga y Madrid que participaron en la ruta guiada por la localidad. Hoy repetirá con otra más a las doce de la mañana y, de cara al próximo viernes, realizará otra nocturna.

También repasa la importancia de personajes históricos como el Tío Rico o Miguel de Unamuno, que disfrutó del verano de 1935 en la villa, aunque su familia repetiría años después. Todo ello forma parte de una ruta que Pedro López comienza en el parque municipal con el albergue para niños construido en el siglo XIX y en uno de los lugares con las mejores vistas a la sierra.