Un emocionante reconocimiento al amor por Montemayor del Río

La emoción se palpaba en el ambiente y se ponía de manifiesto en cada palabra que se escuchaba en el salón de plenos del Ayuntamiento de Montemayor del Río, el escenario en el que tuvo lugar el emotivo nombramiento de hijo adoptivo a título póstumo al abogado madrileño José Antonio Lucena Moreno.

Fue un reconocimiento al amor que sentía por la localidad a la que hizo suya desde el primer momento en el que llegó. Y es que la vinculación a Montemayor le llegó a través de su mujer, Vicky, y más en concreto por ser el lugar de origen de la madre de ella. Sin embargo, desde ese primer momento se “enamoró” de Montemayor y por él lucho de forma desinteresada desde su conocimiento como abogado asesorando al Ayuntamiento. Su apoyo fue muy importante a la hora de recuperar el castillo de San Vicente, hoy un símbolo indiscutible del turismo de la localidad y, también, de poder dar un cambio a la situación de la residencia de mayores. Y nunca cobró nada.

Su plan de vida era jubilarse y pasar largas temporadas en Montemayor. Sin embargo, la covid-19 truncó su proyecto como el de otras tantas personas. Y es que el abogado, vinculado también a la UGT nacional, fallecía el 15 de abril de 2020 por culpa del virus. Una muerte inesperada que cayó como un jarro de agua fría en su entorno y, como no, en Montemayor.

El alcalde de la localidad, José Antonio Jiménez, que además era amigo personal de Lucena, fue el encargado de abrir el acto leyendo el acta del acuerdo plenario por el que se le nombra hijo adoptivo. Con emoción en la voz, leyó el documento íntegro y le entregó una placa a su viuda. Allí había más familiares, la Corporación en pleno y muchos de sus amigos. La razón principal de este nombramiento era clara: “por sus innumerables servicios como abogado al Ayuntamiento en especial por los procesos sobre la recuperación del castillo y de la residencia San Blas sin haber percibido nunca remuneración alguna”.