Los azúcares de la leche materna ayudan a prevenir las infecciones por estreptococos del grupo B

 Los azúcares de la leche materna ayudan a prevenir las infecciones por estreptococos del grupo B



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La
leche materna
no es solo el mejor alimento, desde el punto de vista nutricional, para un recién nacido. Es segura, limpia y contiene anticuerpos que
protegen de muchas enfermedades propias de la infancia
. La OMS recomienda que los niños sean amamantados exclusivamente durante los primeros 6 meses de vida y de forma complementaria junto a otros alimentos hasta los dos años o más. Ahora un nuevo estudio, cuyos resultados se han presentado en la reunión de otoño de la American Chemical Society (ACS), ha descubierto que los oligosacáridos de la leche humana (HMOs, por sus sigas en inglés), cadenas cortas de moléculas de azúcar abundantes en la leche materna, pueden ayudar a prevenir las infecciones por estreptococos del grupo B en células y tejidos humanos y en ratones.

Estas bacterias son una causa común de infecciones de la sangre, meningitis y muerte fetal en los recién nacidos. Aunque a menudo se pueden tratar o prevenir con antibióticos, las bacterias se están volviendo cada vez más resistentes. Los autores de la investigación creen que algún día los HMOs podrían reemplazar a los antibióticos para tratar infecciones en bebés y adultos.

«Nuestro laboratorio ha demostrado anteriormente que las mezclas de HMOs aisladas de la leche de varias madres donantes diferentes tienen actividad antimicrobiana y antibiofilm contra estreptococos del grupo B. Queríamos dar el salto de estos estudios in vitro para ver si los HMOs podían prevenir infecciones en células y tejidos de una mujer embarazada y en ratones preñados», explica Rebecca Moore, estudiante de posgrado en los laboratorios del doctor Steven Townsend, en la Universidad de Vanderbilt y de la doctora Jennifer Gaddy, en el Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt, y encargada de presentar el estudio en la reunión de la ACS.

Alrededor de 2.000 bebés en los EE.UU. contraen estreptococo del grupo B cada año, y el 4-6% de ellos muere por esta causa. Las bacterias a menudo se transfieren de la madre al bebé durante el parto. Por ello, en la semana 36 de embarazo se realiza un test de detección a la futura madre y si da positivo generalmente recibe antibióticos por vía intravenosa durante el trabajo de parto para ayudar a prevenir infecciones de inicio temprano, que ocurren durante la primera semana de vida.

Curiosamente, la incidencia de infecciones de aparición tardía, que ocurren entre una semana y tres meses después del nacimiento, es mayor en los bebés alimentados con fórmula que en los lactantes amamantados, lo que sugiere que algún ingrediente en la leche materna podría ayudar a proteger contra estas bacterias.

Con esta premisa, los investigadores estudiaron los efectos de los HMOs combinados de varias madres sobre la infección por estreptococos del grupo B de las células inmunitarias placentarias (llamadas macrófagos) y de la membrana gestacional (el saco que rodea al feto). «Descubrimos que los HMOs podían inhibir completamente el crecimiento bacteriano tanto en los macrófagos como en las membranas, por lo que rápidamente nos dedicamos a mirar un modelo de ratón», señala Moore. Examinaron si los HMOs podrían evitar que una infección por estas bacterias se propague a través del tracto reproductivo de ratones preñados. «En cinco partes diferentes del tracto reproductivo, vimos una disminución significativa de la infección con el tratamiento con oligosacáridos de la leche humana», afirma la investigadora.

Para averiguar qué oligosacáridos tienen estos efectos antimicrobianos y por qué, los investigadores establecieron un microbioma artificial de dos especies con estreptococos del grupo B y la especie beneficiosa Streptococcus salivarius que crece en una placa de cultivo de tejidos, separados por una membrana semipermeable. Luego, agregaron unos oligosacáridos llamados galacto-oligosacáridos (GOS). En ausencia del azúcar, el estreptococo del grupo B suprimió el crecimiento de las bacterias «buenas», pero los GOS ayudaron a que esta especie beneficiosa creciera. «Concluimos que el estreptococ del grupo B está produciendo ácido láctico que inhibe el crecimiento, y luego, cuando agregamos el oligosacárido las especies beneficiosas pueden usarlo como fuente de alimento para superar esta supresión», explica Moore.

La razón por la que oligosacáridos de la leche humana pueden tratar y prevenir la infección por estreptococos del grupo B es probablemente doble, según los investigadores: actúan como un antiadherente al evitar que los patógenos se adhieran a las superficies de los tejidos y formen una biopelícula, y podrían actuar como prebióticos al apoyar el crecimiento de bacterias buenas.

«Los HMOs existen desde hace tanto tiempo como los humanos, y las bacterias no los han descubierto. Presumiblemente, eso se debe a que hay muchos en la leche y cambian constantemente durante el desarrollo de un bebé. Pero si pudiéramos aprender más sobre cómo funcionan, es posible que podamos tratar diferentes tipos de infecciones con mezclas de HMOs, y tal vez algún día esto pueda ser un sustituto de los antibióticos en adultos, así como en bebés», sugiere Townsend.

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