El aceite de oliva en Las Arribes, contra las cuerdas
La producción de aceite y los olivos agonizan en Las Arribes a pesar de su innegable tradición y valor, y es que los costes son elevados tanto para las almazaras como para los productores que hacen uso de las mismas.
El principal problema en el que los gestores de estas almazaras coinciden es que “el alpechín cuesta dinero a los clientes y no hay a dónde llevar ese producto, ya que ahora hay que pagarlo”. Así lo explica la gestora de la almazara de Ahigal.
El alpechín es un líquido oscuro, de color negro, con olor desagradable que se obtiene de la mezcla del agua que es usada para lavar las aceitunas y del agua que las propias aceitunas tienen.
La batalla de Ahigal es la misma que la de cualquier almazara. Al tiempo, el envejecimiento de la población contribuye a que se pierda la tradición. “No hay jóvenes que quieran tomar el relevo”, añade Ramón Martín, de la almazara de Villarino.
Defensores a ultranza del aceite de la zona y su arraigo, denuncian la falta de subvenciones para sostener esta tradición del olivar, que advierten que agoniza lentamente. Mientras que en España el coste es elevado para desprenderse del alperujo, en Portugal la cantidad a pagar es más asequible y eso, dicen, potencia el olivar en el país vecino. Así lo indica el alcalde de Hinojosa, José Francisco Bautista, quien recientemente llevó el asunto sobre la mesa de un pleno de la Diputación.
En la moción presentada reivindicaba el valor del aceite y los olivos en Las Arribes, además de sugerir soluciones, como ayudas de menos de 12.000 euros para las almazaras, además de ayudas a los productores.
Creación de una ruta del aceite y una asociación
El alcalde de Hinojosa de Duero, José Francisco Bautista, sugiere que crear una ruta del aceite, al igual que ya existe una del vino, ayudaría a dar visibilidad a este producto y a perpetuar la tradición y salvaguardar los olivos. Además, el también diputado provincial propone una reunión entre productores y almazaras de la provincia para crear una asociación para que a través de ella se hagan más fuertes. Las almazaras aplauden esta iniciativa, ya que sostienen que “si nosotros no lo promocionamos nadie lo va hacer”. Mientras, la batalla de los precios continúa. “La gente mayor prefiere cantidad en lugar de calidad, y la mentalidad no cambia”, exponen desde Ahigal, indicando que a menudo los bajos costes portugueses implican menor calidad. En este municipio se recogen unos 300.000 kilos al año. En Villarino esperan soluciones a sus frenos. “Se habló con la Junta, en octubre habrá una reunión y a ver qué deciden”.
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