¿Por qué algunas personas sucumben al Covid-19 grave mientras que otras se recuperan?

 ¿Por qué algunas personas sucumben al Covid-19 grave mientras que otras se recuperan?



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Una de las incógnitas del Covid-19grave es por qué algunos pacientes acaban falleciendo mientras que otros consiguen recuperarse. Dar con esta respuesta podría permitir un abordaje farmacológico precoz que evitara el fatal desenlace. Lo que finalmente mata a estos pacientes no parece ser el virus en sí, sino una reacción exagerada de su sistema inmunológico que conduce a una inflamación masiva y daño en los tejidos.

Científicos de Gladstone han descubierto que entre los pacientes que superan el Covid-19 grave y los que sucumben a él existen diferencias fundamentales en un tipo de células inmunes llamadas células T. El equipo, en colaboración con investigadores de la UC San Francisco y la Universidad de Emory, encontró que los pacientes que estaban a punto de morir albergaban cantidades relativamente grandes de células T capaces de infiltrarse en el pulmón, lo que puede contribuir al deterioro pulmonar extenso que es un sello distintivo del Covid-19 fatal.

Los hallazgos, publicados en la revista científica «Cell Reports», podrían allanar el camino para nuevos tratamientos. Actualmente, los pacientes que son hospitalizados por Covid-19 grave reciben principalmente dexametasona, un medicamento que se usa para reducir la inflamación. «La
dexametasona
ha salvado la vida de muchos pacientes. Pero no siempre es suficiente. Nuestro estudio sugiere que también puede ser beneficioso prevenir directamente que el exceso de células inmunitarias, incluidas las células T inflamatorias, ingrese al pulmón y cause más daño. Este enfoque podría ser un buen complemento para los tratamientos antiinflamatorios para pacientes con Covid-19 en la unidad de cuidados intensivos», dice la doctora e investigadora asociada de Gladstone, Nadia Roan, autora del estudio.

Este trabajo también podría ayudar con el pronóstico de la enfermedad. «Algunos pacientes pueden enfermarse gravemente por el virus. Necesitamos con urgencia formas eficaces de anticipar el curso de la enfermedad, así como de aliviar el daño pulmonar en personas con Covid-19 grave», señala el doctor Warner Greene, investigador principal de Gladstone y coautor del estudio.

Desequilibrio de las células T

Las células T son un componente crucial de una respuesta inmune exitosa ante el ataque de diferentes virus, incluido el SARS-CoV-2. Y se agotan notablemente de la sangre durante un proceso de Covid-19 severo. Para analizar las características de las células T que quedan, los científicos obtuvieron muestras de sangre que habían sido tomadas de
pacientes con Covid-19 en una unidad de cuidados intensivos
(UCI). La mitad de estos pacientes finalmente se recuperó, pero la otra mitad murió a causa de la enfermedad. Al examinar las muestras tomadas en diferentes momentos durante la estancia en la UCI, los científicos pudieron identificar tendencias que podrían relacionarse con el resultado de la enfermedad.

Para comprender la causa de las muertes, los investigadores necesitaban comparar los casos graves fatales con los que consiguieron recuperarse. Usando CyTOF, una técnica implementada en el laboratorio de Roan que distingue los muchos tipos de células T que circulan por el cuerpo, los científicos encontraron profundas diferencias entre la respuesta de las células T de los pacientes de la UCI al virus. «La respuesta de las células T al SARS-CoV-2 aumentó en los pacientes que finalmente fueron dados de alta de la UCI y se recuperaron. Pero en los pacientes que finalmente murieron, a veces no pudimos detectar ninguna respuesta de las células T, o su respuesta disminuyó con el tiempo», apunta Roan.

Las diferencias también se extendieron a la composición de las células T que reconocen el virus SARS-CoV-2. En particular, los pacientes que sobrevivieron albergaron un número creciente de células T llamadas Th1, que se sabe que son importantes combatientes de la infección viral. El equipo de Roan encontró características moleculares en las células Th1 que pueden explicar por qué pudieron multiplicarse en estos enfermos.

Por el contrario, encontraron que los pacientes que murieron tenían un número elevado de células T que secretaban una molécula inflamatoria que contribuiría a un empeoramiento de su afección pulmonar. Estos enfermos también tenían más células T reguladoras que reconocen el virus y que normalmente ayudan a calmar la respuesta inmune una vez que cede la infección.

«Quizás en estos pacientes, las células T reguladoras se activaron demasiado pronto e impidieron que las células T efectoras montaran una respuesta inmune adecuada al SARS-CoV-2. Esto podría ayudar a explicar la escasa respuesta de los pacientes al virus», explica Roan.

En base a estos hallazgos, los médicos podrían predecir el curso de la enfermedad a partir de la abundancia relativa de células Th1 y T reguladoras que reconocen el SARS-CoV-2 en la sangre de un paciente. Roan advierte, sin embargo: «Nuestros hallazgos muestran correlaciones, no causas. El sistema inmunológico es complejo, con muchas partes móviles y posibles interacciones entre ellas. Probar la causa de la muerte requerirá más estudios».

Otra posible causa de muerte que descubrió el equipo fue un aumento de las células T capaces de infiltrarse en los pulmones de los pacientes muy graves. Por el contrario, estas células disminuyeron con el tiempo en los enfermos que se recuperaron.

Los científicos llaman a estas células que se dirigen a los pulmones «células T espectadoras» porque no reconocen directamente el virus SARS-CoV-2. «Nuestro estudio sugiere que durante el Covid-19 grave, las células T espectadoras son reclutadas de la sangre al pulmón, donde pueden contribuir a la patología inmunomediada», señala Roan.

Lo que desencadena el aumento de las células T espectadoras en los casos graves de Covid-19 sigue sin estar claro, pero puede estar mediado en parte por proteínas secretadas por el pulmón que reclutan estas células. Detener su flujo hacia el pulmón puede ayudar a reducir el daño pulmonar y acelerar la recuperación de los pacientes con enfermedades graves. Este enfoque es particularmente prometedor, ya que los fármacos que antagonizan una molécula que se encuentra en la superficie de las células T espectadoras ya están aprobados para el tratamiento del cáncer metastásico.

«Nuestro próximo paso es probar estos medicamentos en un modelo de ratón de Covid-19 grave. Esperamos que después de un mayor escrutinio, estos medicamentos puedan probarse rápidamente como tratamiento complementario para Covid-19», afirma Roan.

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