Un análisis hormonal de la placenta identifica precozmente a las embarazadas de riesgo
Madrid
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Identificar precozmente a las mujeres que puede desarrollar trastornos mortales durante el embarazo pueden ser ahora posible gracias al análisis de los niveles hormonales en la placenta, según un nuevo estudio que se publica en
«Nature Communications Biology».
Los trastornos del embarazo afectan aproximadamente a una de cada diez embarazadas. Casi todos los sistemas de órganos del cuerpo de la madre necesitan alterar su función durante el embarazo para que el bebé pueda crecer.
Pero, si el cuerpo de la madre no puede adaptarse adecuadamente al bebé en crecimiento, se generan problemas importantes y comunes que incluyen restricción del crecimiento fetal, crecimiento excesivo del feto, diabetes gestacional y preeclampsia o una presión arterial alta potencialmente mortal en la madre.
Muchas de estas complicaciones causan que el parto sea más complicado a y que se precise más atención médica, además de posibles problemas de por vida para el bebé, como diabetes, problemas cardíacos y obesidad.
Habitualmente los trastornos del embarazo se diagnostican durante el segundo o tercer trimestre de gestación, cuando es posible que ya hayan tenido un impacto grave en la salud de la madre y el bebé. Los métodos actuales para diagnosticar los trastornos del embarazo no son lo suficientemente sensibles o fiables para identificar todos los embarazos en riesgo.
Ahora, el equipo de Amanda N. Sferruzzi-Perri, del
St John’s College de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) ha encontrado una manera de evaluar los niveles de hormonas en la placenta para predecir qué mujeres tendrán serias complicaciones durante el embarazo.
«Sabemos que la placenta impulsa muchos de los cambios en el cuerpo de una mujer durante el embarazo y nuestro estudio ha visto que los biomarcadores hormonales de la placenta podrían indicar qué mujeres tendrían complicaciones del embarazo», asegura Sferruzzi-Perri.
El estudio muestra que estos biomarcadores «están presentes desde el primer trimestre del embarazo, aunque a las mujeres solo se les diagnostica complicaciones durante el segundo o tercero, cuando los trastornos pueden haber tenido ya consecuencias graves para la salud de la madre y del bebé», explica Sferruzzi-Perri.
La investigadora señala que se trata de un hallazgo muy importante debido a que los «trastornos del embarazo afectan a alrededor de una de cada diez mujeres embarazadas y, a menudo, se diagnostican demasiado tarde».
La placenta es un órgano complejo. Se forma y crece a partir del óvulo fertilizado y se adhiere a la pared del útero. Permite que los nutrientes y el oxígeno fluyan de la madre al bebé y elimina los productos de desecho fetal.
A pesar de su importancia, es un órgano muy poco conocido y difícil de estudiar en las mujeres embarazadas. Pero su capacidad para funcionar correctamente es vital, ya que tiene un gran impacto sobre el embarazo y la salud de la madre y el bebé.
La placenta se desarrolla durante el embarazo y conecta al bebé con la madre. Sirve como pulmones, riñones, intestino e hígado para los bebés en crecimiento y transporta oxígeno y nutrientes al feto mientras secreta hormonas y elimina los desechos.
Usando modelos de ratón, los investigadores observaron las proteínas producidas por la placenta y las compararon con muestras de sangre de mujeres que tuvieron embarazos sin incidentes y aquellas que desarrollaron diabetes gestacional.
Así, identificaron las hormonas que se secretan para crear un mapa completo de proteínas en este órgano.
«Encontramos que alrededor de un tercio de las proteínas que identificamos eran diferentes en las mujeres que tuvieron embarazos con trastornos», detalla la investigadora.
Además, a través de un pequeño estudio para probar si estas proteínas placentarias tendrán algún valor clínico, «descubrimos que los niveles anómalos de hormonas estaban presentes en la sangre de la madre desde el primer trimestre (semana 12 de gestación) en aquellas mujeres que desarrollaron diabetes gestacional, una complicación del embarazo que generalmente se diagnostica entre las 24 y 28 semanas».
El estudio también identificó varios factores de transcripción específicos, proteínas dentro de la célula que activan o desactivan los genes, que probablemente regirán la producción de hormonas placentarias que tienen importantes implicaciones para determinar cómo de puede mejorar el embarazo.
Asimismo, exploraron si estos biomarcadores genéticos eran detectables durante el embarazo en mujeres embarazadas del
Hospital Addenbrooke de Cambridge.
Así, descubrieron la presencia en las muestras de sangre de estos biomarcadores al principio del embarazo, lo que podría conducir a un diagnóstico más temprano de las complicaciones, lo que permitiría que el tratamiento comenzara más rápidamente.
«Esta forma de diabetes inducida por el embarazo provoca un crecimiento acelerado del bebé y complicaciones en el momento del parto. Desafortunadamente, algunas mujeres ya tienen signos de un bebé grande en el momento del diagnóstico a las 28 semanas.
Esta nueva prueba podría identificar la diabetes gestacional más temprano en el embarazo, brindando oportunidades para prevenir la enfermedad o para proteger a las madres y a los bebés de las complicaciones», afirma Claire Meek, investigadora del
Hospital Addenbrooke.
El Dr. Sferruzzi-Perri dijo: «Este trabajo -concluye- ofrece una mejor comprensión de la placenta lo que nos permitirá tener embarazos más seguros y saludables».
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