Iglesias, el mártir
En una reunión con Pablo Iglesias de protagonista puede leerse tras él un cartel con “Que hable la mayoría”. Pues así va a ser en Madrid el 4 de mayo, que hablará (papeleta en mano) la mayoría y él quedará con toda seguridad muy por debajo del 10%.
Este insoportable personaje criticó al Rey por no haber “condenado la violencia fascista”, añadiendo que los más monárquicos “desprecian la democracia”. Y es que este nuevo populista filocomunista es un mentiroso del mayor calibre.
“¿Cómo es que ante amenazas reales y verificadas como las cartas con balas que recibieron el ministro Grande Marlaska, la directora de la Guardia Civil, mi pareja y yo mismo no se haya producido una sola palabra de la Casa Real condenando la violencia fascista?”
Eso se preguntaba él, que jamás ha condenado los tiros en la nuca dados por sus amados etarras. Este tarado ve fascistas por todas partes, pero en España los únicos que tiran piedras a sus adversarios políticos son ellos, los actuales denunciantes.
Pero volvamos a las cartas con balas, que han servido -y no sólo a Iglesias- para hacerse los mártires por la democracia. “Pobrecito él”, escribía hace poco Santiago Trancón. Y añadía cosas como las siguientes: “Amenazado no se sabe por quién, desprotegido como está, con escolta y un montón de guardias civiles vigilando su chalet serrano. ¡Meter estos cartuchos en un sobre es gravísimo, la democracia está en peligro, aunque pueda haberlo hecho hasta un negacionista o un parado desesperado!”.
La democracia sí está amenazada, y muy en serio, por quienes ponen guillotinas para cortarle la cabeza al rey por toda Cataluña, o cuelgan monigotes ahorcados de los puentes, o disparan contra fotos del rey en TV3, o queman ante las cámaras la Constitución, o apedrean a quienes acuden a un mitin, o desnucan con un adoquín a un policía y lo dejan en coma, o patean a los policías y llegan a ser diputados, como él mismo, que animaba a ir a la “caza del fascista”.
Con el historial que tiene este angelito que ahora habla bajando la voz y susurrando como un santurrón, tan pacifista él, que recibe apoyo (lo ha dicho él) de una teocracia que cuelga a homosexuales y lapida a mujeres en la plaza pública.
Y asegura que quien ha enviado esos sobres tiene armas y la munición correspondiente, así que tiene que ser algún militar o exmilitar que quiere acabar con su vida, ahora con la suya, pero luego con la tuya, no lo dudes… Así argumenta ese cínico para despertar el fantasma del fascismo y que le voten unos cuantos despistados.
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