El campo mira al cielo para pedir las últimas lluvias y que el calor no ‘apriete’

‘Abril y mayo hacen el año’; los agricultores de Salamanca se agarran siempre a este afamado dicho popular, pero que encierra toda la verdad.

Por ello, el campo salmantino entra ahora en la fase más decisiva de la cosecha de cereales, que se encuentra en buen estado, esperando el mismo rendimiento que la media de los últimos años; según la Junta de Castilla y León, entre 3.500 y 4.000 kilos por hectárea en la provincia.

“En este momento, podemos hablar de una cosecha aparentemente medio buena; si el tiempo respeta, llueve un poco y no hace mucho calor, será bastante mejor. Eso sí, se ha arreglado en las últimas semanas por cómo se ha presentado en el invierno”.

Así lo ha indicado el agricultor de Aldearrodrigo y miembro de la mesa de cereales de la Lonja de Salamanca, Raúl del Brío, quien ha explicado además que el trigo es el “cultivo que mejor está porque aguanta más el exceso de humedad del invierno, mientras que la cebaba varía en función de la zona de la provincia de la que hablemos. Por su parte, la avena cuenta con muchas malas hierbas derivadas del exceso de humedad”.

Para Del Brío, el mes de abril “ha venido más o menos normal, pero lo malo es que ha habido días con heladas y si se hubiesen evitado esas noches frías, la cosecha estaría mejor. Lo poco que ha llovido no se ha podido aprovechar del mejor modo, a lo que hay que sumar que ha habido zonas en las que ha llovido bastante más que en otras”.

En lo que va de mes de mayo, “no ha calentado mucho hasta el momento y ahora necesitamos un poco de agua, a ver si el tiempo nos hace caso. Lo importante es que haya un tiempo más o menos fresco y que llueva de vez en cuando, también por el girasol que se está sembrando o se ha terminado ya”, señala.

Por último, en lo que se refiere a los pastos, no van a ser muy buenos “porque en las zonas en las que más hay ha llovido poco y como marzo fue malo también, lo que ha caído no ha sido suficiente para recuperarlos”, indica, en un gasto mayor para los ganaderos por la compra de pienso.

(Puedes ver aquí las imágenes de la cosecha en Salamanca)