La nueva primavera del toro bravo

 La nueva primavera del toro bravo


Potrico ya disfruta de un harén de vacas para él solo. El astado de El Pilar fue el primer toro que se indultó en la pandemia, el 24 de agosto en Astorga (León). Nadie hubiera imaginado que un toro así, de ese irreprochable cuajo y seriedad se lidiara allí. El destino y el coronavirus así lo quisieron. Antes que Potrico se había ganado el derecho a la vida en el ruedo Atajante, de Domingo Hernández: 7 de marzo de 2020. Cinco meses y medio antes. Se intuía la irrupción del virus pero nadie podía siquiera imaginar tan fatales consecuencias. Pese a que el mundo se paralizó, la vida siguió en el campo. Apenas quince días después de que se decretara el Estado de Alarma y tres semanas de la explosión del indulto en Olivenza, el 27 de marzo, Atajante se echó por primera vez a un lote de vacas en La Vega de Garcigrande. Ahora, en los primeros meses del año, ya en manos de Conchita Hernández, el toro ya está cubriendo en las Coronas de la finca de Traguntía. Entre medias de una y otra, los dos hierros de la casa, Garcigrande y Domingo Hernández, separaron sus caminos.

La gloria de Potrico, de El Pilar, llegó en pleno verano, que no es época de cubrición en El Puerto de la Calderilla. Moisés Fraile acostumbra a retrasar el inicio hasta bien entrada la primavera. Así, los nacimientos empiezan ya a final de enero y evitan los meses previos que, entre lluvias y heladas, son terribles para los primeros días de los becerros. Dos formas diferentes de actuar en función de las zonas del campo bravo. Los secretos escondidos de cada casa en dos de los hierros estelares de Salamanca. Curiosamente estas dos divisas son las dos salmantinas que han protagonizado indultos en los dos últimos cursos, la del virus y la anterior. Parla y Astorga fueron los escenarios de los indultos de El Pilar en 2019 y 2020. Garcigrande lo convirtió en costumbre de manera ininterrumpida en las últimas ocho campañas.

Atajante, de Domingo Hernández; y Potrico de El Pilar han sido los últimos grandes protagonistas. Al primero lo indultó Ferrera, al segundo Joaquín Galdós en Astorga. Ambos proceden de distinguidas familias en cada una de las dos casas. Atajante desciende de uno de los sementales más importantes de Garcigrande: Fermentado, indultado en Esquivias (Toledo) en 1999 por el novillero Pepe Jareño y que Justo Hernández, más de una vez, dijo que fue una de las claves en la formación de la ganadería. Por su parte, la madre de Atajante es Flojona, madre además de varios sementales, como el 76 Flojón y el 143 Arreado. La historia de Potrico es más curiosa aún: Su padre, Renacuero estuvo reseñado para Málaga, se partió una pata y no se pudo lidiar, cuando se recuperó lo torearon en el campo y dio un gran juego, tanto que se quedó como uno de los sementales estrella. Uno de sus productos fue Potrico, que guarda una vida plagada de anécdotas. De pequeño tenía una encornadura bizca, por lo que Moisés Fraile, decidió ponerle una pesa en un pitón para corregirle el defecto e igualárselos. Con cuatro años, estuvo en los corrales en la encerrona de Ferrera en Las Ventas (septiembre de 2019). No se lidió, volvió y las primeras semanas sus hermanos de camada le pegaron continuamente. Por eso, siempre se mantuvo aparte y era el último en entrar a comer. Luego, fue uno de los reseñados para una de las dos corridas de Madrid, en Semana Santa y San Isidro. Como el virus lo dinamitó todo, se quedó en el campo hasta que, en agosto, llegó la oportunidad de Astorga. Ahí se lidió para ganarse a todos con su excepcional juego. Volvió al campo aquella noche de verano y la semana pasada ya empezó a padrear en un espectacular cercado en El Puerto de la Calderilla. Un auténtico paraíso. Ahora, como Atajante, solamente tendrá esa preocupación en una vida eterna en la que cada año nace una nueva primavera.

Atajante, al borde del Estado de Alarma

El toro Atajante, de la ganadería de Domingo Hernández, fue indultado en el coso de Olivenza (Badajoz) el 7 de marzo de 2020, justo una semana antes de que entrara en vigor el Estado de Alarma por la pandemia del coronavirus que paralizó el mundo y encerró a la población en sus casas en tres interminables meses. Se lidió en la primera corrida de toros de la feria de Olivenza, y correspondió en suerte a Antonio Ferrera, que actuó aquella tarde junto a Enrique Ponce y Julián López ‘El Juli’. Curiosamente, el propio Antonio Ferrera ya había indultado a un toro de esta misma ganadería salmantina en Olivenza, el 14 de marzo de 2011: Mosquetero aquel toro que le precedió en los mismos honores.



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