La ‘joya’ de los Comuneros encontrada en unas obras del Zurguén

La exposición conmemorativa del V Centenario tendrá uno de los elementos más singulares con un sepulcro original del siglo XVI que se custodia en el Museo de Salamanca. Se trata de dos piezas de 200 kilos cada una que fueron localizadas en el año 2008 en el prado del Zurguén durante unas obras en la carretera de Vecinos que dejaron al descubierto un centenar de piedras talladas.

La originalidad de los elementos fúnebres reside precisamente en la heráldica que contiene la flor de lis, propiedad de los Maldonado. “Tiene 135 centímetros de largo y un peso de 200 kilos cada uno de los sillares realizado en arenisca de piedra de Villamayor”, detalla Alberto Bescós, director del Museo de Salamanca. ¿Cómo llegaron esas piedras hasta el prado del Zurguén? Todo apunta a que durante al menos dos siglos estas joyas permanecieron ocultas, y sin embargo se encontraban a la vista de todos. Entre las piezas se encontraban capiteles compuestos con hojas de acanto, fustes de columnas, escudos nobiliarios, relieves de ángeles, pilastras, rostros de querubines y claves de bóveda que se levantaron durante años para levantar un muro de mampostería para posteriormente caer en el olvido. La razón de su ubicación en El Zurguén se debe a que en los primeros años del siglo XIX se hicieron reparaciones en la zona de la calzada, fechas que coinciden con la desamortización iniciada por Godoy, en la que bienes de la Compañía de Jesús, de hospitales, casas de misericordia y colegios mayores universitarios cambiaron de manos. De hecho, en el Plan General de Ordenación Urbana ya se establecía que en estos terrenos del prado del Zurguén cabía la posibilidad de que existiesen yacimientos arqueológicos. En estas obras participaron tanto arqueólogos de la Junta como del Ayuntamiento. La obra se expone actualmente en el Museo de Salamanca, dependiente de la Junta de Castilla y León. Se desconoce la identidad del familiar de los Maldonado que acogieron las piezas de este sepulcro. A día de hoy no se ha verificado, aunque el escudo heráldico deja reflejado sin duda que pertenecía a la familia salmantina.

Dentro del control que se realiza de las piezas, personal del Museo de Salamanca viajará hasta Valladolid para controlar el tratamiento de la pieza. Aunque la exposición no se inaugurará hasta el 22 de abril es práctica habitual que las obras se trasladen varios días antes para que se aclimaten al ambiente de la exposición donde van a permanecer durante un largo periodo de tiempo.