El efecto de la vacuna en Salamanca: la mortalidad en 2021 vuelve a cifras prepandemia

Las cifras de mortalidad ofrecen por fin un rayo de luz después de tanta tempestad. Salamanca vuelve a situarse en números de fallecimientos similares a los que había antes de la pandemia, después de que 2020 resultara especialmente difícil por la covid. Aunque en lo que va de 2021 se han encadenado la tercera y la cuarta ola del coronavirus —esta última por ahora de menor incidencia—, su impacto en muertes ha sido prácticamente inapreciable. El inicio de la vacunación entre los más mayores, unido a la inmunidad de grupo que se ha desarrollado después de un año conviviendo con el virus, han permitido contener la mortalidad en las doce primeras semanas de 2021.

El Instituto Nacional de Estadística (INE) refleja que en el comienzo del año se han registrado 1.101 fallecimientos en Salamanca. En un vistazo a lo ocurrido en las dos últimas décadas, la cifra de 2021 es muy similar, incluso hubo ejercicios en los que se registraron más muertos que ahora. En comparación con las primeras doce semanas de 2020, el incremento es de solo un 3%, una comparativa adecuada, ya que en ese periodo del año pasado todavía el coronavirus no había provocado la debacle que posteriormente sucedió.

La contención del inicio del año llama la atención porque la tercera ola fue especialmente virulenta en Salamanca. Los casos detectados llegaron a superar el medio millar algunos días y entre enero y febrero la provincia sumó casi 11.000 positivos. Sin embargo, la propagación del virus, desconocida hasta la fecha —al principio de la pandemia se realizaron pocos test— no se tradujo posteriormente en un incremento de la mortalidad, cómo ocurrió en la primera y la segunda ola.

Los factores que han jugado a favor de Salamanca son varios. Por un lado, hay que tener en cuenta la inmunidad de grupo que ha desarrollado buena parte de la población salmantina a lo largo del último año, sobre todo entre las personas mayores, donde hubo épocas, sobre todo durante la pasada primavera y otoño, con una gran incidencia. Además, hay que tener en cuenta que a finales del año pasado comenzó la vacunación, siendo prioritarios las residencias de la tercera edad, centros a los que golpeó de manera dramática el virus durante los primeros meses. Con el avance en la administración de la vacuna, la situación ha cambiado por completo, al evitarse contagios o secuelas graves en caso de contraigan el coronavirus.

Otra cuestión a tener en cuenta es que, tras un año de pandemia, hay menos personas en la provincia con problemas graves de salud. Muchas de ellas, por desgracia, se contagiaron en la primera y segunda ola, con un desenlace fatídico en un porcentaje alto. Por lo tanto, en esta tercera ola y amago de cuarta hay menos salmantinos en esta situación expuestos al coronavirus, lo que repercute en las estadística. De hecho, ya es habitual encadenar hasta cuatro o cinco días seguidos sin fallecimientos por covid.

Lo sucedido en Salamanca se repite también en la mayoría de las provincias españolas que más sufrieron durante las dos primeras olas. La mortalidad en Madrid, Guadalajara, Albacete, Burgos o Segovia, las zonas de España junto a la salmantina más afectadas en 2020 por la pandemia, han contenido la mortalidad en lo que va de 2021 o incluso han visto como disminuía en comparación con un año antes pese a que la tercera ola también disparó los contagios.

En Salamanca todavía no se registra un descenso del número de fallecidos, aunque entra dentro de las previsiones que según avancen los meses se llegue a esa situación. La tendencia que muestra el informe del Instituto Nacional de Estadística refleja un paulatino descenso de las defunciones según transcurren las semanas. En las dos últimas que ha estudiado el organismo, incluso ya hay un importante descenso en comparación con un año antes. Además, hay que tener en cuenta que las medidas de prevención como el uso de la mascarilla, la distancia social y la limitación de reuniones, también favorecen un menor número de contagios de otras enfermedades respiratorias.