Dos trofeos y una brava corrida de toros en Villoria

Un gran encierro de Castillejo de Huebra se alzó con los titulares de la tarde en la que volvieron las corridas de toros a Salamanca, 587 días después (la última fue en La Glorieta el 15 de septiembre de 2019) y con una pandemia por medio. El coronavirus sigue vivo. Con una versión reposada, templada y cadenciosa de Javier Castaño ante el primero, la faena más completa y redonda la firmó Damián Castaño ante el segundo, e hizo un esfuerzo con el peligroso y orientado cuarto con el que le costó terminar y casi escuchó los tres avisos. Antes Javier Castaño había protagonizado un trasteo con altibajos, ante el extraordinario tercero, que fue premiado con la vuelta al ruedo y al que Javier Castaño lo disfrutó más y mejor al natural por donde dejó naturales para el recuerdo. El mal uso de la espada se llevó al desolladero los trofeos de una brava corrida de toros, con tres toros de categoría y uno para olvidar.

Todas las entradas vendidas, 550, el máximo permitido por las restricciones del coronavirus.

4 toros de CASTILLEJO DE HUEBRA, bien presentados, con cuajo, remate y fantásticas y variadas hechuras. De excelente bondad el almibaradlo 1º; bravo y de gran juego el 2º que tuvo codicia, prontitud, fijeza y recorrido; bravo y muy completo, con duración y entrega el 3º, de nombre Mostazo, número 46, que fue premiado con la vuelta al ruedo; complicado, costoso y a la defensiva el peligroso y orientado 4º. Este fue la excepción a un gran encierro.

JAVIER CASTAÑO, ovación con saludos tras aviso y oreja tras aviso.

DAMIÁN CASTAÑO, oreja tras aviso y saludos tras día avisos.