Estabilizar el clima requerirá reducciones fuertes, rápidas y sostenidas

 Estabilizar el clima requerirá reducciones fuertes, rápidas y sostenidas


El cambio climático es indiscutible, generalizado, rápido, y se está acelerando aún más, por lo que se acerca a cambios irreversibles que determinarán el futuro del planeta. Muchas de las transformaciones observadas en el clima no tienen precedentes en miles de años.

 

La ONU acaba de publicar un informe exhaustivo, realizado por un Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, integrado por múltiples especialistas con una solvencia fuera de toda duda, que alerta del desastre climático actual y futuro al que se enfrenta el planeta.  El informe es un CÓDIGO ROJO para la humanidad. Las señales de alarma son abrumadoras y las pruebas irrefutables: las olas de calor extremas son, desde 1950, más frecuentes e intensas en la mayoría de las regiones terrestres, igual que la frecuencia e intensidad de las precipitaciones extremas, mientras que las olas de frío se han vuelto menos frecuentes y menos graves, y el nivel del mar aumenta continuamente. El clima, como consecuencia de la acción de los seres humanos, está cambiando a nivel local y a nivel global (en todo el planeta), en una proporción desconocida y algunos de esos cambios serán irreversibles por miles de años.

Antonio Guterres, secretario general de la ONU, señaló en la presentación del informe que el umbral de calentamiento global, acordado internacionalmente hace años, de 1,5 ºC por encima de los niveles preindustriales estaba «peligrosamente cerca» y que, si no se frena la tendencia, se producirá un sobrecalentamiento de dos grados adicionales que producirán cambios en la humedad y la sequedad, en los vientos, la nieve y el hielo, y la subida del nivel del mar producirá daños en las costas (los eventos extremos relacionados con el nivel del mar que antes ocurrían una vez cada 100 años podrían ocurrir cada año a finales de este siglo). Los eventos extremos de calor serán más frecuentes y se llegará a niveles de tolerancia crítica para la salud y la agricultura.

Si las emisiones de los gases responsables del efecto invernadero siguen creciendo al mismo ritmo que hasta ahora, el informe estima que a finales de este siglo se alcanzará un incremento de 4,4 ºC, que multiplicaría la intensidad y frecuencia de los fenómenos extremos. Los científicos autores del informe señalan que, la última vez en la que se alcanzó un nivel de calentamiento superior a los 2,5 ºC fue hace tres millones de años, cuando aún no existía el ser humano.

El informe señala también que la humanidad aún está a tiempo de minimizar el impacto reduciendo las emisiones de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero, y estas reducciones pueden tener beneficios inmediatos para la calidad del aire que respiramos, pero deberán transcurrir entre 20 y 30 años hasta conseguir que las temperaturas de la Tierra se estabilicen.  Estabilizar el clima requerirá reducciones fuertes, rápidas y sostenidas hasta alcanzar cero emisiones netas de CO2.

 La acción humana, responsable del deterioro producido en los últimos cien años, todavía puede determinar el futuro del clima y todos somos responsables de conseguirlo para que nuestros hijos y nuestros nietos (los de usted también) puedan vivir en un planeta sostenible. Todos nosotros (sí, usted también) podemos contribuir a ello con nuestro voto, eligiendo gobiernos comprometidos con esta lucha, pero, además, presionando a esos gobiernos a través del ejercicio de otros derechos ciudadanos como la libertad de expresión y de manifestación, para la denuncia permanente de los gobiernos y de las corporaciones industriales que continúen poniendo en peligro el planeta.

Al actual sistema económico, que busca el máximo lucro en el mínimo tiempo, no le preocupan sus desastrosos efectos sobre la vida de las personas que habitamos actualmente el mundo, así que mucho menos le importan quien habite el planeta o lo que sucede con el mismo en el futuro. Además, están dispuestos a explotar los cambios que sean necesarios en su propio beneficio: buen ejemplo de ello son las empresas eléctricas españolas y el incremento del precio de la luz en España. Por eso, se necesitan gobiernos resistentes a las presiones y fuertemente comprometidos con la puesta en marcha inmediata de cambios que impidan que las grandes corporaciones continúen deteriorando la Tierra.

Si a ello sumamos un comportamiento ciudadano coherente y responsable, reciclando, reduciendo el consumo innecesario, utilizando el coche solo cuando sea estrictamente necesario y reduciendo el consumo de energías contaminantes, podremos explicar a nuestros nietos que llevamos el planeta al borde del precipicio, pero que supimos frenar a tiempo y, consecuentemente, tendremos la autoridad moral necesaria para educarlos, para que ellos, desde niños, tomen conciencia del problema y asuman el relevo en una lucha que es vital y absolutamente imprescindible.

Un último comentario obligado de actualidad: mucho ánimo a los ciudadanos que luchan desde hace tiempo por frenar el deterioro del Mar Menor en Murcia y que han conseguido que, en principio dos administraciones enfrentadas (Gobierno y CAM), después de arrojarse en los medios de comunicación las consabidas acusaciones, asuman el problema y dialoguen sobre soluciones a un deterioro originado por la especulación agrícola e inmobiliaria. No habría sucedido sin la lucha ciudadana.

Miguel Barrueco.

Médico.





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