La respuesta mundial al Covid-19 fue un fracaso global masivo

 La respuesta mundial al Covid-19 fue un fracaso global masivo


Fracaso total. Así califica un informe de la Comisión Covid-19 de «The Lancet» la respuesta global a la pandemia de SARS-CoV-2, el virus causante del Covi-19. Los fallos se producen en todos los ámbitos: prevención, transparencia, uso racional de recursos, salud pública y cooperación y solidaridad internacional. Todos estos errores causaron, aproximadamente 17,7 millones de muertes.

El documento también constata que la mayoría de los gobiernos no estaban preparados y su respuesta fue demasiado lenta, prestaron muy poca atención a los grupos más vulnerables y se vieron obstaculizados por la falta de cooperación internacional y una epidemia de desinformación.

La desastrosa respuesta generalizada a múltiples niveles, continúa el documento, provocó no solo millones de muertes prevenibles, sino que supuso un parón en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU en muchos países.

«Es un toque de atención» señala Jeffrey Lazarus, investigador del Instituto de Salud Global de Barcelona y uno de los autores del informe. «Dice muchas cosas que sabemos que se han hecho mal pero que debemos de empezar a hacer bien. Estamos todos de acuerdo que hemos fracasado. Y tenemos que aprender de ello. Se falló en prevención, en información etc. Cada país tiene su fallo».

Los autores, 28 expertos mundiales en políticas públicas, gobernanza internacional, epidemiología, vacunología, economía, finanzas internacionales, etc., proponen asimismo una serie de requisitos para garantizar que el Covid-19 ya no sea una amenaza pandémica.

La clave, escriben, está en promover una nueva estrategia de vacunación, al tiempo que solicitan acciones para fortalecer el multilateralismo, para potenciar los sistemas nacionales de salud y el diseño de planes de actuación para hacer frente a futuras amenazas mundiales.

Apuesta también por una Organización Mundial de la Salud (OMS) reformada y fortalecida, planes nacionales ante una pandemia y el fortalecimiento del sistema de salud, con especial atención a las poblaciones más vulnerables.

«El coste humano de los primeros dos años de la pandemia es una profunda tragedia y un fracaso social masivo en múltiples niveles», reconoce el profesor Jeffrey Sachs, presidente de la Comisión y profesor en la Universidad de Columbia (EE.UU.). «Debemos enfrentarnos a verdades dolorosas: demasiados gobiernos no se han adherido a las normas básicas de racionalidad institucional y transparencia; demasiadas personas han protestado contra las precauciones básicas de salud pública, a menudo influenciadas por información errónea, y demasiadas naciones no han logrado promover la colaboración global para controlar la pandemia».

En el caso de España, señala Lazarus, sigue fallando la comunicación y la información, además de que no hay un Plan de actuación. «El gobierno no comunica bien: no lo hizo en su momento y sigue sin hacerlo. Es un problema recurrente, de ahí esta llamada de atención para estar preparados ante el otoño o invierno».

El investigador del IS Global nos remite a la web vacunacovid.gob.es, donde viene información sobre la vacuna. Sorprendentemente, dice, «la información sobre estrategia de vacunación está muy desactualizada, es de junio de 2021. Y eso es un problema, denuncia. Una persona que busca saber cuándo tiene que vacunarse no tiene información. Hemos fallado mucho en la comunicación y seguimos haciéndolo».

El gobierno no comunica bien: no lo hizo en su momento y sigue sin hacerlo. Es un problema recurrente

A Lazarus le preocupa especialmente que, a las puertas del otoño, muchas personas vayan a estar desprotegidas, haya o no una nueva variante. «El problema es que seguimos respondiendo a la pandemia, o a las olas, pero no vamos por delante».

A la mala gestión no se escapa ningún país, dice el informe. Por ejemplo, la OMS, por declarar con retraso la ‘emergencia de salud pública de interés internacional‘ y reconocer tardíamente la transmisión aérea del SARS-CoV-2. A la mayoría de los países, por la falta de cooperación y coordinación en los protocolos de viaje, las estrategias de test Covid, las cadenas de suministro de productos básicos, o en la financiación y la distribución de productos básicos de salud, incluidas vacunas, equipos de protección personal, etc.

También critica las respuestas nacionales al Covid-19: comités de salud pública inconsistentes y una implementación deficiente de las medidas sociales y de salud pública, como el uso de mascarillas y la vacunación, que dejó desprotegidos a las poblaciones más vulnerables. Estas desigualdades se vieron exacerbadas por las extensas campañas de desinformación en las redes sociales.

Para Lazarus es imprescindible mantener el uso de mascarillas en los centros de salud, farmacias y en el trasporte público. «Esto debería ser incuestionable».

Ante la pandemia, algunos países de Asia oriental y Oceanía, gracias a la experiencia previa con la epidemia de SARS de 2002, adoptaron estrategias de supresión más restrictivas relativamente que redujeron el número de muertes: 300 por millón frente a 4.000 muertes por millón en Europa y las Américas.

Todos los países siguen siendo cada vez más vulnerables a nuevos brotes y futuras pandemias si no compartimos patentes y tecnología con los fabricantes de vacunas en países menos ricos

Para Sachs estamos ante «el momento de tomar medidas colectivas que promuevan la salud pública». «Tenemos las capacidades científicas y los recursos económicos para hacerlo».

Lo cierto es que más de un año y medio desde que se administró la primera vacuna contra el Covid-19, no se ha logrado la equidad mundial. En los países de altos ingresos, tres de cada cuatro personas han sido vacunadas por completo, «pero en los de bajos ingresos, solo una de cada siete», dice la coautora de la Comisión, María Fernanda Espinosa, expresidenta de la Asamblea General de la ONU. «Todos los países siguen siendo cada vez más vulnerables a nuevos brotes y futuras pandemias si no compartimos patentes y tecnología con los fabricantes de vacunas en países menos ricos».

En este sentido, Lazarus señala que es muy difícil predecir si va a venir una nueva ola, pero es muy posible y altamente probable. Por ello, señala, en España, «todos nos deberíamos poner la cuarta dosis cuanto antes, mejor dentro del próximo mes».

Porque recuerda que «el covid no es una gripe». «El covid persistente afecta a todas las edades y ya que tenemos las vacunas…».

Por eso, para controlar finalmente la pandemia, el informe propone que todos los países adopten una nueva estrategia de vacunación, que combine la vacunación generalizada con las precauciones de salud pública y las medidas financieras adecuadas.



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