El presunto asesino de Marta Calvo y dos chicas más niega los hechos: «Absolutamente no. Va en contra de mis principios»

 El presunto asesino de Marta Calvo y dos chicas más niega los hechos: «Absolutamente no. Va en contra de mis principios»


«Quería suicidarme pero me dije, si yo no he quitado la vida a nadie, ¿por qué me voy a quitar la mía?», manifiesta

   VALÈNCIA, 6 (EUROPA PRESS)

   Jorge Ignacio P.J., supuesto asesino de Marta Calvo, Arliene Ramos y Lady Marcela Vargas y de intentarlo con otras ocho mujeres más en el periodo de 15 meses, desde verano de 2018 hasta el 7 de noviembre de 2019, se ha defendido: «Absolutamente no las maté». Y preguntado por si lo intentó, ha respondido: «¿Por qué motivo voy a hacer eso a una mujer o a un ser humano? Va en contra de todos mis principios aunque se me pinte como un monstruo». «Me sentí un desgraciado. Solo quería pasar un buen rato», ha apostillado.

   Jorge Ignacio, con antecedentes por tráfico de drogas, está siendo juzgado desde hace cuatro semanas en la Audiencia Provincial de Valencia ante un jurado popular por los presuntos crímenes y desde que se entregó a la Guardia Civil, en diciembre de 2019, siempre ha mantenido que la muerte de Marta Calvo fue un accidente y ha negado el resto de sucesos.

   El acusado, de nacionalidad colombiana, se enfrenta, tal y como reclama Fiscalía, a 130 años de cárcel por 11 delitos de abuso sexual –tres de ellos como medio necesario para un delito de homicidio y siete para un delito de lesiones–; y un delito contra la salud pública. Por su parte, los padres de Marta Calvo, quienes ejercen en el procedimiento como acusación particular, piden para el acusado la prisión permanente revisable. Las otras víctimas personadas en la causa también reclaman esta pena. La defensa solicita la absolución.

   Jorge Ignacio, quien ha manifestado durante el juicio su deseo de responder únicamente a su abogada, al jurado y a la presidenta del tribunal, ha negado haber sufrido algún incidente con alguna chica, haber violado a una mujer o haberle coaccionado su libertad. Lo que sí ha reconocido es haber contratado servicios sexuales de prostitutas y haber celebrado ‘fiestas blancas’ «consentidas». «Lo demás son manifestaciones malintencionadas», ha dicho.

   El acusado, en prisión provisional desde hace dos años y siete meses, ha afirmado que contrataba servicios sexuales a través de prostíbulos o portales webs en los que se anunciaban las chicas y ha añadido que en un 40% de ocasiones pedía hacer «fiestas blancas»: «Pero eso no lo inventé yo. Yo no soy el precursor de ese tipo de cosas», ha apostillado.

   En ese tipo de fiestas, ha asegurado que tanto él como la chica consumían la droga pero ha negado que la introdujera voluntaria o involuntariamente por sus partes íntimas: «Nunca. Eso no tiene sentido. ¿Para qué lo voy a poner ahí?», ha preguntado.

   El acusado ha indicado que en ese momento no traficaba ya con drogas y pagaba los servicios de las jóvenes con el dinero que ganaba como pintor o recogiendo frutas, unos 900 euros al mes. «Yo soy una persona muy trabajadora y efusiva. Aquí me desfiguran y me deshumanizan las personas que vienen a declarar», ha lamentado.

   También ha descrito que compraba la cocaína que consumía a terceras personas y preguntado por si intentó asfixiar a una de las jóvenes con las que contrató servicios sexuales ha dicho: «Nunca. ¿Por qué motivo voy a hacer eso a una mujer o a un ser humano? Va en contra de todos mis principios aunque se me pinte como un monstruo».

   Sobre el incidente que mantuvo con otra de las víctimas, Arliene Ramos, en un piso en València, el acusado ha explicado que contrató sus servicios con una ‘fiesta blanca’ y transcurrida la hora, se fue. «Empezó ella a actuar de forma errática. Me vestí y me fuí de allí sin más. No la ví convulsionar», ha afirmado, y ha añadido que se enteró de que había fallecido porque se lo dijo la Guardia Civil cuando se entregó tras la desaparición de Marta Calvo. «Pensé que era un farol», ha añadido.

CASO MARTA CALVO

   Una buena parte del interrogatorio del acusado se ha centrado en la muerte y desaparición de Marta Calvo. Jorge Ignacio ha explicado al jurado, al que se ha dirigido en numerosas ocasiones, que contrató sus servicios sexuales y se fueron a Manuel, municipio en el que tenía alquilada una casa.

   «En Manuel se desarrolló todo normal y tras varias horas me dijo que llevaba dos días de fiesta y que no se sentía bien, que parásemos. Se dio una ducha y ya está. Nos acostamos. La cuestión empezó cuando me desperté y le ví un gesto extraño. La moví y también noté que el tacto era extraño. No le encontré pulse y no respiraba. Se me vino el mundo encima», ha manifestado.

   Seguidamente, ha explicado que no llamó al ‘112’ porque se sintió «muy desgraciado». «Lo único que quería era pasar un buen rato y mira con lo que me encuentro. Me vienen a la cabeza los antecedentes por droga, que soy colombiano, que estoy en un servicio sexual… Pensé en suicidarme. No le noté signos vitales y seguramente llevaba tiempo así, así que no me pareció ya oportuno llamar al ‘112’», ha expuesto.

   Sin embargo, esperó para suicidarse porque al día siguiente, según ha narrado, llegaba su madre de Mallorca para pasar juntos su cumpleaños: «Quise esperar y despedirme de ella en un acto de egoismo», ha afirmado.

   Así, ante la llegada de su madre, pensó en deshacerse del cadáver: «Si hubiera tenido una cochera, hubiera entrado el coche y hubiera metido el cuerpo. Pero como no lo había, no me pareció prudente sacar el bulto y por eso decido sacar a Marta como bien se sabe», ha dicho. «Hice algo terrible –ha añadido–. La saqué de casa de esa forma y ahora no hallan muchas pruebas. No sé hasta qué punto son exactas las ciencias forenses», ha cuestionado.

   Tardó 21 días en entregarse porque «tenía miedo» y en ese periodo estuvo por la zona de La Safor y durmiendo en portales «y otros lugares». «Quería quitarme la vida, estaba muy desesperado, pero cuando uno se ve frente a la muerte, pensaba… Si no le he quitado la vida a nadie, ¿por qué me voy a quitar la mía? Y al final no pude y prefería quedarme, con lo que eso me ha costado. No saben lo que he sufrido dos años en esta situación», ha aseverado.

«LA MUJER ES LO MÁS LINDO QUE HAY»

   Finalmente, el 4 de diciembre de 2019 acudió sobre las 3 horas al cuartel de la Guardia Civil y se entregó junto con una carta que había escrito en la que narraba lo sucedido con Marta Calvo. «Conté lo que había pasado por lo menos diez veces», ha dicho, tras asegurar que no considera que las mujeres sean un objeto: «La mujer es un ser humano, es lo más lindo que hay. ¿Cómo va a ser un objeto?», ha preguntado. También ha dicho que para él la sexualidad es «casi sagrada».

   El acusado ha concluido aseverando que no ha cambiado su versión en ningún momento durante el procedimiento: «Señores del jurado, yo solo conté lo que ocurrió. Punto. Tenía que estar en paz con mi conciencia y que la familia de esta pobre mujer supiera lo que había ocurrido», ha aseverado.

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