Casi la mitad de los titulados salmantinos vive fuera de Castilla y León

La asociación Jóvenes de Castilla y León ha protagonizado este sábado un acto reivindicativo en el Patio de Escuelas contra la despoblación y la fuga de talento. Ha sido una “graduAcción”, ya que ha escenificado la realidad de miles de universitarios de la Comunidad, que han de irse a otras provincias, generalmente Madrid, para iniciar una carrera laboral relacionada con lo que lo han estudiado. Un estudio del investigador González-Leonardo cuantifica en un 35,5% los jóvenes de Castilla y León con estudios universitarios que viven fuera de la Comunidad, porcentaje que en Salamanca asciende al 45%.

María José Pérez, integrante del colectivo, destaca que la capital salmantina es una ciudad que marca a los estudiantes, muchos de los cuáles quieren vivir aquí, pero que se encuentran con la falta de oportunidades laborales, lo que les obliga a marchar. Hay también un grupo que decide quedarse, pero no en las condiciones que desearían. “Existe una sobrecualificación de personas que se asientan, pero renunciando a lo que han estudiado y aceptando otros puestos de trabajo”, explica.

La implicación de las administraciones públicas resulta esencial para intentar revertir el proceso. “Los jóvenes no son infinitos. Cada vez somos menos y la despoblación se agrava”, advierte María José Pérez, razón por las que les conmina a realizar un esfuerzo “para retener el talento que tanto cuesta formar”.

Jóvenes de Castilla y León remarca que la marcha de jóvenes es un problema complejo, por lo que hay múltiples causas que influyen. La de más peso es la ausencia de oportunidades laborales relacionadas con lo que han estudiado, pero también existen otros déficits: malas comunicaciones para transporte, una cobertura de internet de calidad pobre en el medio rural, problemas en servicios básicos como la sanidad en los pueblos pequeños o incluso la falta de ocio en este tipo de localidades.

“Las administraciones han de trabajar para dinamizar los núcleos urbanos, pero también los rurales. Hemos asumido ya como algo natural que los jóvenes se marchen de la ciudad al acabar los estudios”, sentencia María José Pérez.