Qué efectos puede tener en la salud la nube de dióxido de azufre
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El volcán de La Palma de la Cumbre Vieja entró en erupción el pasado domingo a las 15.10 de la tarde. Desde entonces, entre 5.000 y 10.000 personas han sido evacuadas por el avance de la lava por las poblaciones cercanas al Parque Natural, que han dejado numerosos destrozos en casas y coches por los incendios.
El volcán está soltando lava a una temperatura superior a los 1.000 grados. Entre la nube que se vislumbra hay gases tóxicos, como es el dióxido de azufre. Es un gas que huele a acre y que puede irritar la piel, tejidos y las membranas mucosas de los ojos, la nariz y la garganta.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) no recomienda que se pase de los 500 μg/m3 en periodos promedio de 10 minutos. Este gas también puede provocar una inflamación del sistema respiratorio, que puede agravar el asma o la bronquitis crónica.
Por el momento se están registrando 20 partes de dióxido de azufre por millón, unas 400 veces más de lo normal. A pesar de todo, Rubén del Campo,
portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) indica que «no existe el riesgo para la salud» al tratarse de un hecho puntual.
Por otro lado, el gas se desplazará hacia la Península en las próximas horas, y podrá afectar sobre todo al sureste peninsular y las islas Baleares. En menor medida también llegará a Cataluña, sur de Francia, norte de África y suroeste de Italia.
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