Casado y Mañueco, dos cohetes

Van disparados como cohetes, pero todavía no se sabe muy bien hacia dónde. Alfonso Fernández Mañueco dijo en el escenario vallisoletano de esa convención eterna que ha organizado el PP nacional, que Pablo Casado está en la “rampa de lanzamiento” hacia la Moncloa, y Pablo Casado puso al presidente de Castilla y León como ejemplo de gestión “en España y en Europa” (¿por qué no en el mundo mundial?).

Tras dos años de tensiones, en los que la guardia de corps de Génova conspiró para defenestrar al líder del PP en esta tierra, Casado y Mañueco han hecho las paces y cualquiera diría que se ahora aman con ternura. Seguramente no es tanto el cariño como la convicción de que a ambos les conviene llevarse bien lo que ha hecho que los genoveses guarden las navajas y los mañuequistas se avengan a empujar para llevar al palentino hasta la presidencia del Gobierno. Puede que incluso ambas facciones lleguen a un acuerdo en las próximas semanas para desatascar el congreso del PP de Salamanca, pactando un presidente de consenso que no tiene por qué gustar a los desleales (el consenso sería entre Madrid y Valladolid).

¿Y a dónde van lanzados el presidente de la Junta y el del PP nacional? Pues, en el caso de Mañueco, todo indica que camina a pasos acelerados hacia unas elecciones anticipadas. Uno de sus hombres más cercanos, el portavoz popular en las Cortes regionales, Raúl de la Hoz, daba ayer por seguro que el PSOE de Luis Tudanca presentará, si puede, una segunda moción en marzo de 2022. Una censura que en ese segundo intento podría salir adelante a nada que surja algún otro tránsfuga de las filas de Ciudadanos. Mañueco no va a correr ese riesgo, y más cuando las encuestas y los vientos soplan a favor de una mayoría absoluta de los populares en Castilla y León. Así que, sean en diciembre o se pospongan para marzo-abril, las elecciones autonómicas están a la vuelta de la esquina.

En cambio, la oportunidad del asalto a La Moncloa para Casado no saltará antes de 2024. Dos años y tres meses nos quedan todavía aguantando a Pedro Sánchez. Parece mentira por el nivel de destrozo que ha causado en tan poco tiempo, pero el actual inquilino de La Moncloa solo lleva tres años y cuatro meses al frente del Gobierno. Se nos va a hacer eterno.

A Casado también se le está haciendo larga la legislatura, tanto que tras remontar el vuelo a raíz de los ‘sucesos’ electorales de mayo en Madrid, estaba comenzado a perder velocidad. Esta convención de siete días que ha desfilado ya por Santiago, Valladolid y Madrid, ha sido diseñada para recargar las baterías del cohete, y por el momento hay que reconocer una cosa: todavía no han cometido ningún error de bulto, ni Casado, ni su peligrosa guardia pretoriana. Solo falta que dejen de meterse con Ayuso, y el triunfo está asegurado.

Una de las mejores imágenes, aparte de todos esos prebostes europeos que los genoveses han contratado como ‘cheerleaders’, fue la de Alejo Vidal-Cuadras, ex presidente del PP en Cataluña y uno de los fundadores de Vox, recuperado para la causa popular. Un tipo que representa las esencias del centroderecha y defiende a capa y espada la españolidad de Cataluña solo puede aportar cosas positivas. Eso sí, como se trata de un tipo tan inteligente como políticamente incorrecto, en su intervención tuvo el descaro de reírse de quienes en el PP consideran que la España de las autonomías es “la historia de un éxito”. El mismo Mañueco ha expresado esa triunfalista valoración más de una vez. Así que le sentaría como un tiro.

En todo caso, hay que entender a Vidal-Cuadras: la España de las autonomías es la madre del 1-O y del golpismo catalán. Algo habrá fallado. Aunque otras autonomías como Castilla y León vayan como un cohete… no se sabe bien hacia dónde.