Un año después del incidente la instrucción judicial se abre camino

Pocas veces se ha instruido una causa penal en Salamanca con tantas aristas, incógnitas y presión externa como la que se lleva por la muerte de Mario Casal en Vecinos durante la noche de San Juan de 2020.

Un hecho que segó una vida joven y ha envenenado el ambiente en un pequeño pueblo entre quienes quieren pasar página y que la justicia siga su curso y quienes alimentan la tesis de que no se está haciendo lo posible por esclarecer los hechos y que utilizan las redes sociales y los medios para mantener su estrategia viva, aunque sin pasar de insinuaciones que contribuyen a generar más confusión en torno al incidente en el que Mario perdió la vida.

Lo dejaron tirado al percatarse inmediatamente de había ocurrido algo irreparable cuando cayó al suelo tras una pelea con un ya exconcejal del PP en el pueblo. A partir de ahí, ocultación, medias verdades, mentiras y contradicciones que no se despejan ni siquiera con careos como el que se produjo el pasado 24 de junio en el juzgado entre la mujer del edil investigado y otro de los doce o catorce que había aquella noche donde ocurrieron los hechos y que se ha convertido en el segundo investigado.

Él dice que estaba con su novia lejos del lugar de la pelea y que no vio nada, mientras que la mujer del edil investigado asegura lo contrario, lo sitúa en el lugar y dice que intentó separar a Mario Casal del edil con el que intercambió unos golpes y que al sujetarlo por las muñecas cayó hacia atrás golpeándose la cabeza. Mario habría intentado incorporarse, pero no pudo ya inerte.

Un ambiente tóxico que incluso llega a la investigación y que incluye, cómo no, ataques a la labor del juez del caso por esa parte más activa en las redes y los comentarios en internet, sembrando la desconfianza cuando precisamente el juez instructor está llevando la instrucción de forma irreprochable hasta ahora. “Las críticas son injustificadas e incorrectas, porque está actuando con la celeridad legal exigible y salvaguardando el interés de la víctima y las partes”, afirma el abogado de la defensa. “Está realizando una tramitación correcta de una causa muy voluminosa, a satisfacción de los profesionales y con un respeto escrupuloso de los derechos de la víctima, fundamentalmente”, agrega el letrado.

La causa tiene una carga probatoria inmensa y solo ha pasado un año desde aquella noche aciaga en la fiesta de Vecinos.

Las partes o el mismo juez pueden proponer ahora nuevas pruebas antes de que el instructor dicte el auto para fijar los hechos, imputaciones y delitos cometidos por los responsables. En definitiva, para imputar al exedil y, posiblemente, también al investigado que declaró el jueves pasado, de quien la mujer del exedil declaró el jueves que medió para ayudar a poner fin a la pelea y que, al sujetar a Mario para separarlos, presuntamente habría perdido el pie y se desnucó.

Con esta ya son tres las hipótesis que se manejan: en la escaramuza con el exedil, Mario recibió un golpe y cayó hacia atrás; la segunda es que él solo se fue hacia atrás y cayó, y la tercera es la que sitúa en la acción al segundo investigado en la causa intentando separar a los dos jóvenes que se pelearon.

Entre las pocas cosas claras que hay todavía, si es que no se producen novedades que cambien el rumbo que están tomando las pesquisas, es que de los 12 o 14 que formaban el grupo casi todos se fueron al ver lo ocurrido, estuvieron bebiendo durante horas, que no se ha encontrado ningún objeto con el que se podría haber golpeado a Mario en la cabeza (existe la convicción de que no lo hubo) y que no había enemistad previa entre los que se pelearon. Y ocurrió algo irreparable.