Del Álamo, vuelta al ruedo en Vistalegre

Juan del Álamo firmó una tarde solvente madura y capaz ante la corrida de Adolfo Martín con el que se estrenó como matador de toros en El Palacio Vistalegre. Dio una vuelta al ruedo en el toro que rompió plaza en el que el público pidió mayoritariamente un trofeo que el palco no concedió. Había estado con Cocinero muy dispuesto, concediéndole todas las ventajas y tratando de alargar unas embestidas de medio viaje que enganchó y sometió con distinción en una faena animosa y muy meritoria. Solventó sin descomponerse tras una colada escalofriante en la segunda serie y ahí se hizo el dueño de la situación. Después la faena fue creciendo, con la cota más alta en una primera tanda de naturales, de uno en uno, en la que el salmantino le puso el ritmo y el pulso para llegar con fuerza al tendido. La entrega en el epílogo, ofreciéndole el pecho remachó la obra que convenció a todos menos al presidente.

Al cuarto, Madroñito de nombre, el firmó un gran saludo a la verónica, en el que el toro se entregó con bravura en dos soberbios puyazos de Ángel Rivas. Se empeñó el público en el segundo puyazo cuando el torero había pedido el cambio de tercio. Y allí se perdió un tiempo muerto, y un extra de castigo, que luego acusó en la muleta, donde llegó sin ninguna opción. No tuvo ni un solo muletazo. Y se frustraron las opciones de redondear una tarde de muy buenas sensaciones.

Román protagonizó dos faenas de enorme seriedad y un derroche de entrega y verdad ante dos toros de distinta condición. Un correoso e incierto segundo, con el que estuvo valentísimo y apostó sin reservas; y otro, el quinto, con el que toreó muy bien con la mano izquierda en otra faena de enorme mérito. Toda la entrega que mostró con la muleta le faltó a la hora de entrar a matar. José Garrido, que brilló con el capote en el sexto, no paso de voluntarioso y tesonero en sus dos toros, los de menos opciones de la tarde

Unos 2.000 espectadores en los tendidos en el 11º y último festejo de San Isidro en el Palacio Vistalegre

6 TOROS DE ADOLFO MARTÍN, de irreprochable presencia, cinqueños y muy serios en conjunto, dentro de sus variadas líneas. Noble pero sin recorrido el 1º (ovación arrastre); encastado y con poder, reponedor y difícil el 2º (pitos); noble pero apagado e insulso el 3º; a menos, el 4º que hizo una brava pelea en el caballo pero terminó afligido y a la defensiva en el tercio final donde no tuvo ni un muletazo; noble el 5º que no regaló nada pero lo entregó todo; y apagado y deslucido el 6º.

JUAN DEL ÁLAMO (blanco y plata)

Estocada (vuelta al ruedo tras fuerte petición que no concede el palco); y tres pinchazos y media defectuosa (silencio).

ROMÁN (espuma de mar y plata)

Tres pinchazos, media estocada y descabello (ovación con saludos tras aviso); y cuatro pinchazos y descabello (ovación con saludos tras aviso)

JOSÉ GARRIDO (azul marino y oro)

Pinchazo, media estocada caída y atravesada (silencio); y dos pinchazos y estocada (silencio tras aviso)