Wake up, España

El martes pasado, los medios recogían una foto de agencia en la que se veía a Pedro Sánchez, presidente del Gobierno por la gracia de una variada manada de indeseables, sobre un rótulo gigante en el que se leía Wake Up, Spain (Despierta, España), correspondiente a un simposio que se celebra estos días en Madrid con la presencia de políticos, líderes empresariales y otros representantes sociales que tienen la estéril idea de debatir con palabras lo que solo necesita acciones: qué hacer ante la debacle que ya tenemos encima.

No voy a escribir de las tonterías y mentiras que dijo Sánchez en su discurso engolado, marca de la casa, y que fue básicamente en busca del voto imposible el 4-M para Gabilondo, otro necio mentiroso, además de soso. Sánchez es un hombre dando vueltas a un oval: mentiras y fuegos artificiales, más mentiras y más fuegos artificiales… Vamos a hacer, hemos hecho, vamos a dar, hemos dado… ¿Ustedes han recibido algo de este mequetrefe? Que yo sepa, toda España está esperando a que alguien haga algo y lo haga rápido, el momento es ahora: los de Canarias, los de Cáceres, los de Gijón, los de Frades de la Sierra… todos estamos esperando a que los borregos que nos gobiernan decidan más allá del “aló presidente” de este sujeto con las inquietudes intelectuales de una figura de “Lego”, el Legosánchez.

Quería escribir sobre esa fotaza, todo un símbolo sobre la necesidad única que tenemos los españoles ahora mismo: ¡Despertar! Y el fotógrafo estuvo hábil al estamparle ese “Wake Up, Spain!” a Pedro Sánchez, que duerme plácidamente con su ego mientras España se empastilla para pasar este calvario de ruina, depresión y mal ambiente que ha creado con su compañero de juergas, Pablo Iglesias. Y todo en aumento. De ahí que el “¡Despierta, España!” debiera ser ahora mismo nuestra bandera: para seguir adelante, para trabajar, para amar, para votar con dos dedos de frente y poder salir así de esta; porque, si no lo hacemos nosotros mismos, y es una frase de “Hud”, las únicas manos que nos ayudaran serán las que sujeten nuestro ataúd.