La tramitación de las herencias en Salamanca vuelve a la normalidad tras el parón del otoño

 La tramitación de las herencias en Salamanca vuelve a la normalidad tras el parón del otoño

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El aumento de los fallecimientos registrado en 2020 y el parón de la actividad administrativa que estuvo vigente durante varias semanas durante el primer estado de alarma tuvieron como resultado un colapso en la tramitación de herencias en otoño. El problema, centrado en el Registro Civil principalmente, quedó solucionado antes de Navidad, por lo que la situación ha vuelto a una relativa calma en las notarías, que reconocen, eso sí, más trabajo por el mayor número de herencias que están tramitando en comparación con cualquier otro año, a lo que se suma que hay más personas que están redactando testamento a causa de la pandemia.

“Las mayores dificultades se vivieron en septiembre y octubre. Como los registros civiles no habían recibido notificaciones de defunciones de forma presencial, había demora para la obtención de las últimas voluntades, un certificado necesario para saber si el fallecido tenía hecho testamento o no”, argumenta Luis Mariano Muñiz, vicedecano del Colegio de Notarios de Castilla y León. El atasco de peticiones de últimas voluntades, sin embargo, parece haberse normalizado en el nuevo año, por lo que el tiempo que tarda en tramitarse las herencias se encuentra ya en plazos habituales, aunque hay más procedimientos por el exceso de mortalidad.

En cuanto al impacto en la declaración de la renta por haber recibido en 2020 una herencia, los contribuyentes deben estar relativamente tranquilos, ya que su impacto es menor del que pueden imaginarse. En el caso de que lo heredado haya sido dinero, la cantidad recibida no tributa por IRPF, sino por el Impuesto de Patrimonio, de la que están exentos la mayoría de ciudadanos. Lo que sí tributaría es lo que hubiera rendido ese dinero en intereses, por lo que el impacto económico, salvo sumas enormes, resulta mínimo.

Si lo que se reciben son bienes inmuebles, como una vivienda, sí hay más efectos. Si esa casa pasa a ser la habitual del heredero no tributa, pero en caso contrario computa como segunda residencia, explica Luis Mariano Muñiz. Tributará, eso sí, por el coeficiente correspondiente por el tiempo que haya estado en posesión del heredero.

En el caso de personas fallecidas en 2020 pero en las que la tramitación de la herencia no hubiera terminado el año pasado, los posibles herederos deben estar tranquilos, ya que no les afectará en esta campaña de la renta, ya que no pasaron a su propiedad los bienes del fallecido el año pasado.

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