Ilusión a metro y medio

 Ilusión a metro y medio


El toreo vuelve a ser víctima de los complejos. A falta de una respuesta oficial, de la que ya no se espera nada bueno, para la celebración de los festejos anunciados en Sevilla a partir del 18 de abril, en la Junta de Andalucía ya han ido enviando mensajes que hacen temer lo peor. La Junta ya avisó a la empresa de La Maestranza: “La ley es para todos; la salud debe prevalecer”. El ansiado 50% comienza a evaporarse. Se impone el metro y medio de separación entre los espectadores. Bien está que se cuide por la salud, que se impongan medidas y que se sea cauteloso y precavido con el virus. Toda precaución es poca. Pero a los políticos le da pavor autorizar un festejo taurino y no tanto cuando se trata de cualquier otro espectáculo. En el Palau San Jordi de Barcelona se celebró el primer concierto en pandemia el 27 de marzo con el grupo Love of Lesbian y cinco mil almas juntas, en un espacio cerrado y sin distancia de seguridad. El 17 está anunciado el concierto de Taburete en Fibes Sevilla, donde se espera a tres mil en un recinto cerrado; y, sin embargo, se pone en duda, y con todas las trabas posibles, que esas mismas personas se sienten al día siguiente en La Maestranza, incluso después de que todas pasen una prueba de antígenos. ¿Acaso tiene prohibida la entrada el virus en auditorios, teatros, el metro, el AVE… y tiene barra libre en los cosos al aire libre? Ahí se impone el metro y medio de separación entre espectadores. Su publicación en el BOE es una prohibición encubierta para ahogar el espectáculo que más molesta al Gobierno y que nadie defiende con sensatez. Da igual los partidos. Al toreo lo que menos falta le hace ahora es convertirse en arma arrojadiza entre unos y otros.

Y, mientras, cuando al toreo le están poniendo todas las trabas posibles, cuando se pone la segunda zancadilla sin que se haya restablecido de la primera, el inmovilismo del toreo vuelve a quedar en evidencia. Cuando todo parece indicar que las ilusiones de esta primavera se van a ir por el despeñadero, el sector taurino no mueve un dedo. Lo dijo Morante el domingo en ABC: “Lo que de verdad me duele es la pasividad de nuestro gremio”. Una pasividad que no le ha hecho reaccionar siquiera una pandemia, aquella pasividad que tanto y tan repetidamente se criticó la pasada temporada cuando ni primeros espadas ni grandes empresarios se atrevieron a mover un dedo (e incluso se encargaron de derribar y atacar sin piedad al que se atrevió a dar toros demostrando que las plazas son un espacio seguro). Esa pasividad se vuelve a repetir cuando están a punto de que las puertas de La Maestranza vuelvan a quedarse cerradas otra Feria de Abril más. Ojalá estas líneas se conviertan en papel mojado, me tapen la boca y la Junta de Andalucía autorice o la empresa se lance con lo que puede. El toreo hace mal en esperar. Nadie va a venir a solucionar el problema, ni antes del virus lo hicieron ni menos ahora. Por eso no se entiende esos nuevos frentes cuando a la tauromaquia le están poniendo un freno cruel con una exigencia que no se impone a otros eventos que presumen de cultura. Los toros también lo son, independientemente de los gustos del hipócrita y oportunista que nos malgobierna. Y de paso nos margina.



Fuente de la noticia: Pulsa para ver la noticia en el periódico que ha sido publicada.

(Salamanca Realidad Actual es un lector de noticias FEED que unifica las noticias de diferentes periódicos sobre Salamanca. No hemos redactado ninguna de las noticias aquí publicadas y la totalidad de el copyright de esta noticia pertenece a: www.lagacetadesalamanca.es y ).

Salamanca Realidad Actual

https://salamancarealidadactual.com

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *