‘El Argentino’: nueva pena de internamiento por amenazar y acosar a sus vecinos

Luis Gastón de Sena, ‘El Argentino’, ha aceptado otros dos años y tres meses de internamiento en un centro psiquiátrico y cinco años de libertad vigilada por amenazar y acosar a sus vecinos y vecinas de la urbanización Huertas de la Vega-residencial Baupeur, en la avenida de Lasalle. Un auténtico calvario para el resto de inquilinos por el que además deberá pagar 540 euros de multa e indemnizaciones de entre 80 y 160 euros para cada uno de los tres agentes de la Policía Nacional que resultaron lesionados durante su espectacular arresto el pasado 20 de mayo. Según informan a LA GACETA distintas fuentes, el Juzgado de lo Penal número Dos de Salamanca acogió durante la mañana de este jueves y a puerta cerrada -con motivo de las restricciones por la covid- el acuerdo entre las partes, con el que el acusado mostró su conformidad pese a sus dificultades para hablar debido a la medicación.

‘El Argentino’ permanece ingresado desde su detención en el módulo de enfermería de la cárcel de Topas. Fuentes penitenciarias destacan que está tratado y medicado, sin que hasta el momento haya vuelto a protagonizar ningún incidente.

Mientras tanto y desde su ingreso en prisión, por su casa de la urbanización Huertas de la Vega han pasado un buen número de amigos y allegados, informan las fuentes consultadas, que señalan que dos de ellos, una pareja, fueron detenidos recientemente, aunque no en casa porque cuando la policía acudía nadie les abría la puerta, sino en la calle Toro donde solían ejercer la mendicidad.

Comentan las fuentes consultadas, eso sí, que contrariamente al propietario de la vivienda lo que le ha llevado a prisión, los nuevos ‘inquilinos’ no han protagonizado en la urbanización altercado alguno hasta la fecha.

El ingresó de Luis Gastón en la cárcel de Topas se produjo el pasado 22 de mayo, por los continuos y violentos enfrentamientos con sus vecinos, a los que amenazó en varias ocasiones con un cuchillo en la mano, y por el acoso a sus vecinas -sin importarle la edad-, a las que perseguía e incluso hacía proposiciones sexuales explícitas.

Tan espectacular fue su arresto como su declaración en el Juzgado de Guardia con un rocambolesco interrogatorio, durante el que negó haber sacado jamás un cuchillo a sus vecinos, con los que -dijo- no quería problemas.

Aseguró que era la segunda vez que la Policía le pegaba y que la primera había sido “por querer participar en una orgía en un burger” -en referencia a otra causa por la que a finales del pasado mes de noviembre fue condenado a otro año y medio de internamiento- y que “todo se resolvería si tuviera una mujer en casa”.

Además interrumpió constantemente el interrogatorio, hasta el punto de que hubo que dejar su micrófono sin voz para poder continuar con la comparecencia judicial.

Además, ya ha sido incapacitado judicialmente y ahora sus tutores legales deberían ser, señalan las fuentes, quienes ordenen los pagos de la multa y las indemnizaciones. Además de la casa en la urbanización Huertas de la Vega y que es de su propiedad, estaría cobrando algún tipo de prestación.

Le quedan ahora otras causas pendientes, ya que, al margen del procedimiento juzgado ayer, varios de sus vecinos le han denunciado también de forma individual por amenazarles con el cuchillo de forma directa.

A ello se suma también la abierta por el acoso a cuatro trabajadoras del bus urbano, a las que, de forma reiterada, insistente, llegando a veces a transformarse en agresiva e intimidatoria, les solicitaba favores sexuales que les proponía de forma directa cuando se encontraban solas en su puesto de trabajo.