‘El Argentino’, a juicio por amenazar a sus vecinos de Lasalle y acosar a mujeres

El calvario que durante más de un año vivieron los vecinos de la urbanización Huertas de la Vega-residencial Baupeur, en la avenida de Lasalle, llegaba a su fin en mayo del pasado año con la detención de Luis Gastón de Sena, conocido por todos como ‘El Argentino’. A sus gritos se unían los ruidos en su casa -a todas horas-, sus constantes amenazas a los vecinos -cuchillo en mano- y también el acoso a sus vecinas -de todas las edades-. Todo ello acabó motivando su detención de película, en la que participaron decenas de agentes de la Policía Nacional y Local que tuvieron que entrar a su domicilio a través de una ventana hasta conseguir sacarle a rastras de la casa. El Juzgado de lo Penal número Dos de Salamanca ha señalado para este jueves el juicio.

Según ha podido saber LA GACETA, ‘El Argentino’ se enfrentará este jueves a una condena de internamiento en un psiquiátrico, por un periodo máximo de cuatro años y medio, que le pide la Fiscalía. Le reclama además 10 años de libertad vigilada y el pago de 80 euros de indemnización a cada uno de los tres agentes que resultaron lesionados, así como de la debida cantidad a la Dirección General de la Policía Nacional por los daños ocasionados en el colchón de su celda. Le acusa de dos delitos continuados de amenazas y coacciones, así como otro de resistencia y cuatro leves de lesiones y daños. Entiende que en su caso concurre la atenuante de alteración mental.

Por su parte, la acusación particular, en representación de los policías, le pide pena de prisión (tres años) por un delito de atentado a la autoridad y 1.080 euros de multa por cada uno de los tres delitos leves de lesiones de los que le acusa. Eso sí, hace una calificación alternativa para “el caso hipotético” en que se apreciase la atenuante de alteración mental, consistente en tres años de internamiento en un psiquiátrico. Y en todo caso le reclama 200 euros para cada uno de los tres policías afectados.

Tras haber sido ya condenado por un altercado anterior a un año y medio de internamiento en un centro adecuado a su estado psíquico, ‘El Argentino’ permanece en el módulo de enfermería de la cárcel de Topas, debidamente tratado y medicado, sin que a día de hoy haya provocado ningún otro incidente.

La Fiscalía señala en su calificación provisional, que desde principios de 2019 y hasta mayo de 2020, Luis Gastón trató de mantener una relación personal, a pesar de su rechazo insistente, con varias vecinas y sus hijas menores: se presentaba en su vivienda, se dirigía a ellas desde la ventana, las vigilaba y las seguía cuando salían de casa, les ofrecía mate para beber, les decía que quería compañía, se sentaba a su lado en la piscina e incluso llegó a hacerles proposiciones sexuales explícitas.

Además, profirió de palabra y a voces o por medio de gestos, amenazas a diversos vecinos, en general o en particular, del tipo: “Me voy a cargar al del 36 y lo voy a meter en un hoyo profundo”. Amenazas que pronunció con un cuchillo en la mano.

Ante todo ello, el 20 de mayo de pasado, sobre las 20.15 horas numerosas dotaciones policiales acudieron a la urbanización con motivo de diversas reclamaciones de vecinos y se encontraron un gran tumulto y al acusado asomado a la ventana de la planta baja de su casa gritando y amenazando de muerte a los vecinos.

Requerido por los agentes para que depusiera su actitud, les amenazó también a ellos, portando de nuevo en esta ocasión un cuchillo de grandes dimensiones en la mano, por lo que a fin de evitar males mayores y dado que estaba sujetando la mano de uno de los policías, se procedió a su detención.

El acusado se opuso y resistió activamente a su arresto, señala el Ministerio Fiscal, lo que obligó a los agentes a acceder a su vivienda por la ventana para conseguir inmovilizarle y materializar su detención, resultando lesionados tres de los policías actuantes.

Durante su traslado primero, luego en el calabozo y más tarde en el Hospital, Luis Gastón continuó profiriendo amenazas de muerte contra un tal Diego y contra los policías, insistiendo en que: “Me lo voy a cargar y a un (policía) nacional también”, al tiempo que se encaraba con ellos e incendiaba el colchón de la celda en la que se encontraba.